Los 93 vecinos de un edificio de la calle Huerta de Arenales, situado en las traseras del Centro Comercial Valderaduey, justo al lado de las vías del tren, reclaman al Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (ADIF) el arreglo de los desperfectos producidos en garajes, viviendas y trasteros por las obras del AVE, que están produciendo fuertes vibraciones, grietas y humedades. Los vecinos se quejan también de la existencia de un solar utilizado para el acopio de material de obra, situado muy cerca de las viviendas y que ha quedado con escombros y restos de vallas y traviesas.

Los vecinos, 93 inquilinos de tres portales de la calle Huertas de Arenales, los marcados con los números 2, 4 y 6, aseguran que llevan al menos dos años soportando las molestias de las obras del AVE. "No nos oponemos a que hagan las obras, porque entendemos que son necesarias", dicen. Con lo que no están tan de acuerdo es con la actitud de ADIF que, explican, no se quiere hacer cargo de los desperfectos que están causando. Según relatan, "las máquinas que trajeron para levantar las vías (en la zona próxima al túnel del Bolón) y compactar el terreno, producía unos ruidos y vibraciones terribles. Una noche incluso llamamos a la Policía Municipal y paró los trabajos". En un solar situado al lado del edificio las empresas constructoras tanto de la nueva vía como del cambiador de anchode la nueva vía como del cambiador de ancho, han hecho acopio de material "y no era polvo, era tierra lo que se colaba por mi ventana", relata uno de los vecinos del inmueble. "Ahora está algo mejor porque pusieron una lona verde y hay menos material. Pero estamos viendo que acaban la obra y han dejado ahí mucha porquería". Los vecinos no tienen claro si el solar, que está vallado, es municipal o es uno de los terrenos expropiados para llevar a cabo las obras.

Un recorrido por el inmueble supone encontrarse a un montón residentes afectados por la existencia de grietas algunas, indican, los vecinos, muy llamativas, y otras más pequeñas pero que "antes no estaban". Unas grietas que aparecen por todas partes, desde elementos de la tapia que rodea el edificio hasta el interior de las viviendas y los trasteros.

Las grietas se multiplican por doquier y los vecinos creen que están derivadas directamente por las obras del AVE. Actualmente en el edificio notan ruidos tanto por el paso de trenes como, sobre todo, cuando un convoy utiliza el cambiador de ancho. "El cambio de agujas pega con un trallazo y tiembla el edificio", explica uno de los inquilinos del inmueble.

Las humedades que salen en una zona del garaje los vecinos las achacan también a desperfectos provocados por las obras del ferrocarril.