Pedro Crespo Refoyo presenta este viernes, día 22 de enero, su novela titulada "El cuaderno de los cuadernos" en la Biblioteca Pública del Estado acompañado por Horacio Calles y Fernando Yubero.

-¿Cómo nace esta novela?

-Se trata de mi primera novela publicada tras escribirla en 1999 y nace de una manera muy natural. Yo me compro cuadernos cosidos desde hace años y como tenía muchos ya escritos me dijo, este va a ser el cuaderno de los cuadernos. Nació antes el título que la trama.

-Y ¿de qué manera surgió la historia?

-Empecé a escribir y, de repente, aparece una mujer, Rosario Domínguez la protagonista de la trama. Empecé a escribir por divertirme y acabó siendo un triángulo amoroso, pues Charo se queda viuda y al poco tiempo un compañero de su marido le dice que tiene un cuaderno del difunto en la oficina. Él lo ha leído y le indica que si lo lee, le va a hacer daño. No obstante, ella opta por saber qué pone y descubre que su marido llevaba una doble vida. La escritura del texto ha sido muy natural, yo mismo me lo contaba a mí mismo. Es un texto de ficción de manera que no describo físicamente a los personajes.

-Además usted introduce unos singulares personajes.

-Alrededor de la historia principal aparecen en una novela un lector y una lectora que van leyendo la trama y que la van comentado. Quien lea el texto se puede sentir identificado, pues lo representa. Se me ocurrió un día que iba en el metro y pensé que me gustaría que algún día alguien leyera una obra mía.

-¿En cuánto tiempo escribió el texto?

-En menos de un mes, en julio de 1999. Lo acabé el 30 de julio, días después de la muerte de Claudio Rodríguez a quien incluyo en la novela.

-¿De qué manera?

-Quería tributarle un homenaje. Lo incluyo porque llevo a la protagonista a la cuesta de Moyano y compra el poemario "Casi un leyenda".

-La novela la escribió hace más de 15 años. ¿Qué le mueve a publicarla ahora?

-Siempre escribo a mano y le pasaba lo que hacía a una compañera de mi mujer que me lo pasaba a máquina. Ella la lee y le comenta a mi esposa la existencia del concurso de novela Riomanzares del Ayuntamiento de Madrid. Mandó la novela y al ir a recoger el manuscrito me dan un título porque recibió una mención honorífica, pues quedó entre las siete finalistas entre 500 obras. Luego lo mandé a tres editoriales muy importantes que me felicitaron, pero no se interesaron por publicarla. Entonces me desanimé y no me moví más.

-Entonces, ¿por qué ahora ve la luz?

-Lo publico ahora a través de la autoedición porque los años pasan y quería publicar porque sé que escribo bien.

-¿Son muy selectivas las editoriales?

-No se arriesgan con los nuevos escritores. Mi novela es dignísima pero no te conocen. Eres un don nadie y ser un don nadie no vende.

-En la presentación en la Biblioteca Pública está acompañado por Horacio Calles y Fernando Yubero, dos integrantes del Seminario Permanente Claudio Rodríguez. ¿Forma parte de él?

-Siempre me ha interesado Claudio Rodríguez y tengo artículos sobre él, pero al vivir en Madrid me ha dado cierta pereza unirme. El bautizo de mi novela tiene lugar en Zamora porque es mi pueblo (risas). Será mi primera presentación y no descarto presentar el libro posteriormente en la Casa del Libro de Madrid.

-Como lector de Claudio ¿de qué manera ha influido este poeta en su escritura?

-Fernando Yubero, quien ha hecho su tesis sobre Claudio Rodríguez, al leer mi novela me ha dicho que se nota que domino a Claudio Rodríguez porque hasta en el estilo en prosa muchas formas y metáforas son claudianas. En mi prosa se reconoce a Claudio Rodríguez y meto un centón con un poema de Claudio que va declamando la protagonista.

-¿Para cuándo su siguiente criatura literaria?

-Pues no lo sé, aunque ya tengo escrita la novela "Los sollozos de la garza", donde aparece un personaje secundario de la primera novela que en la otra se convierte en coprotagonista. No obstante, ahora me estoy dedicando a otros textos.

-¿A cuáles?

-Estoy escribiendo haiku, una forma de poesía tradicional japonesa. Consiste en un poemita formado por tres versos y 17 sílabas en total. Cinco el de arriba, siete el del medio y cinco el de abajo, sin rima y que recoge un instante en un lugar determinado, a ser posible relacionado con la naturaleza. Los estoy publicado en mi Facebook y me encuentro con que hasta poetas consagrados me dicen que les gusta, para mi sorpresa. Quizá la siguiente publicación pueda venir por este tipo de creación.

-¿Cómo descubrió este tipo de poesía?

-Fue hace un año aproximadamente. Me encontré un día en FNAC con un libro de haikus, comencé a leerlos y a investigar sobre este tipo de escritura. Me metí tanto en ello, he leído tantos que los hago con mucha facilita porque soy un gran lector de poesía. Me apasiona la poesía, pues puedo estar con un poema días y días.

-Como docente, ¿cuesta acercar a este género a los jóvenes?

-Sí, les cuesta mucho. Ellos quieren siempre de amor. Tienen la idea de que la poesía es una cursilada. Les cuesta mucho porque les pido que razonen los versos. Llevo 30 años en la enseñanza y tengo un dicho que la raza degenera y la enseñanza más. Soy profesor vocacional y antes cuando los alumnos no hacían los ejercicios tenían algo de vergüenza ahora simplemente te dicen que no los tienen sin más y no se molestan ni en traerlo otro día.