El atracador de la entidad de ahorro de Morales del Vino, que encañonó con una pistola a los empleados, podría haber participado en otro asalto a Caja España-Duero el 9 de enero en la localidad de Las Velles, de Salamanca, en la que actuaron dos individuos de unos sesenta años, según los datos ofrecidos por testigos. La descripción podría encajar con el ladrón que actuó pistola en mano en el municipio zamorano, que tendría más de 50 años, quien se llevó más de 4.000 euros.

La Guardia Civil, que investiga el asalto con la estrecha colaboración de la Policía Nacional, no descarta que el delincuente contara con un cómplice, con el que habría llegado al pueblo y que no pudo ayudarle en su huida, según ha podido saber este diario.

Los agentes tratan de identificar al individuo con los datos ofrecidos por las imágenes de las cámaras de seguridad de la entidad financiera zamorana, en las que se ve a un hombre de más de 50 años, de pelo blanco y estatura media.

La descripción física facilitada por los dos empleados de la caja, el cliente que estaba en la oficina y por los dos rehenes a los que encañonó tras el robo para que le llevaron en su vehículo hasta la capital también ha servido para intentar identificar al atracador entre los delincuentes fichados en archivos de Guardia Civil y de Policía Nacional, con características similares y con un historial delictivo que podría encajar en el perfil del hombre que se busca. Al parecer, los investigadores trabajan sobre la pista de varios sospechosos.

La tarea no resulta fácil porque el individuo se ocupó de dejar poco más que sus ojos al descubierto, aunque tras unas gafas grandes que deformarían su aspecto. Además, llevaba un anorak con capucha levantada a la altura de la cabeza, una gorra con visera y una braga o bufanda que le cubría el cuello y la cara hasta la nariz.

Aplomo y manejo del arma

Por lo que respecta a la personalidad del individuo que entró en Caja Rural antes de las 9.00 horas del jueves pasado, en cuanto abrió sus puertas el establecimiento, se trata de una persona con aplomo, a decir de quienes pasaron más tiempo con él, los dos trabajadores a los que sorprendió entrando en un turismo y les exigió que le llevaran hasta Zamora capital.

El hombre no mostró en ningún momento nerviosismo, lo que indicaría que se trata de alguien que ha delinquido en otras ocasiones, según los datos a los que ha tenido acceso este diario. El manejo de la pistola, tal y como lo describieron los rehenes, indicaría que se trata de alguien familiarizado con armas.

En Salamanca, los dos hombres llegaron también a primera hora, uno con visera. Los dos individuos actuaron, en este caso sin armas, con mucha rapidez, apenas en un minuto y medio habían conseguido el botín y se habían ido de la sucursal para darse a la fuga sin que fuera posible su detención. La Guardia Civil organizó de inmediato un dispositivo para tratar de encontrarles en las inmediaciones, pero fue inútil.

En Zamora tampoco fue posible localizar al único de los atracadores que por el momento se cree que llevó a cabo el robo. El varón entró en la sucursal de Morales y, con la pistola que portaba, obligó a la trabajadora que estaba en la oficina y al único cliente a entrar en una habitación contigua a la parte central de la sucursal, además de exigirles que dejaran los teléfonos móviles que llevaran encima para evitar que pudieran realizar alguna llamada a sus espaldas. Al mismo tiempo, el otro empleado, al que también le retiró el móvil, le entregaba el dinero que había en caja ese día a la hora de apertura al público. El ladrón no mostró intención de hacerles daño a los tres testigos, a los que trataba de tranquilizar diciéndoles que no les ocurriría nada si le daban el dinero.