Si alguien que no esté al tanto de la actualidad política se cruzó ayer con Mariano Rajoy por las calles de Zamora, bien podría pensar que el presidente del Gobierno estaba en campaña electoral. Después de dirigirse a los medios en la estación de tren, Rajoy se desplazó a la plaza de Viriato, desde donde inició un recorrido de más de una hora hasta el restaurante Serafín, donde comió acompañado de representantes locales, provinciales y regionales del PP. Los zamoranos, simpatizantes o simplemente curiosos, aprovecharon la ocasión para fotografiarse con el presidente del Gobierno.

Durante su visita al centro de la ciudad, Martínez Maíllo no dejó pasar la ocasión de trasladar al presidente algunas de las curiosidades que quedan lejos al visitante de a pie. No desaprovechó Maíllo el paso de la "comitiva" frente a la iglesia de San Juan para explicar al presidente la función del Merlú. "Ellos avisan a los hermanos de Jesús Nazareno antes de que salga la procesión de la madrugada del Viernes Santo", apuntaba Maíllo, que después animó a Rajoy a fijarse en las peculiares características de la calle Balborraz, "única en España".

Los populares hicieron un alto en el camino en una cafetería de la Plaza Mayor, donde compartieron estancia con zamoranos y turistas para tomar "un vino de toro y unos calamares". El menú de la comida, también de productos típicos, estuvo compuesto por queso zamorano, arroz a la zamorana, lechazo de la Denominación de Origen Castilla y León y cañas zamoranas de postre.