El ir y venir a la finca, situada en el municipio de Toro, en una motocicleta sin matricular y con el bastidor manipulado ha terminado por costarle dos condenas por circular en esta situación irregular. No es la primera vez que la Guardia Civil le detiene y le pone a disposición judicial. En esta ocasión por falsificación de documento público (matrícula falsa) y por alterar la pieza del vehículo. Y no era la primera vez que se sentaba en el banquillo de los acusados del Juzgado de lo Penal. "¿Sigue usted utilizando la moto?", le riñó la magistrada antes de advertirle que no podrá volver a utilizarla porque si delinque en dos años, deberá ingresar en prisión.

Y es que el imputado se ahorró el nuevo juicio al llegar a un acuerdo con la Fiscalía y cambiar las penas de multa por la cárcel: nade menos que seis meses de reclusión por cada uno de los delitos de los que le acusaba la Fiscalía y a los que fue condenado por la juez. "A ver si mejora esto de la economía", comentaba el hombre a los guardias que habían sido llamados como testigos. La otra opción a la condena de cárcel eran seis meses de multa por cada una de las infracciones, una condena que tiene un elevado riesgo con la nueva Ley de Enjuiciamiento Criminal: el impago de una sola cuota conlleva directamente la reclusión. La difícil situación económica por la que atraviesa el imputado, según manifestó en voz alta, le llevó a aceptar el año de prisión por los dos delitos.

La juez accedió a dejar en suspensión la ejecución de las penas, ya que no tiene antecedentes penales, no sin reiterar al acusado que su conducta debe ser intachable en los próximos dos años, so pena de acabar en Topas. "¿Y cómo voy a ir a la finca?", preguntaba a los guardias.