La incorporación de las nuevas frecuencias con motivo de la apertura al tráfico ferroviario de la línea de alta velocidad, que se completará este mismo mes con la incorporación del resto de los servicios Alvia Galicia-Madrid por esta misma vía, ha revitalizado el tren como medio de transporte cómodo y rápido para acercarse hasta la capital de España. En general la acogida que ha tiene el servicio es buena, y los comentarios sobre la rapidez y comodidad del trayecto están bastante generalizados.

Por eso llaman la atención las quejas de los usuarios de algunos de los trayectos, que se cubren con un material rodante que no parece estar en las mejores condiciones de conservación, según denunciaron algunos viajeros a este diario.

En concreto el viaje en el tren que partió de la estación de Zamora con destino Madrid-Chamartín el pasado domingo por la tarde a las 18.21 horas, dejaba mucho que desear, a juicio de los usuarios de un servicio que iba abarrotado de gente.

Ya el tren en cuestión no debía de ofrecer un buen aspecto desde fuera, ya que una de las críticas describe como "el Talgo más viejo de toda la Renfe española aterriza en la flamante y nueva estación de Zamora. Viejo, sucio, correoso, avanza dando tumbos hacia Madrid, petado de viajeros". El servicio se cubre con trenes Alvia, que son de la familia pero no los Talgo propiamente dichos.

La gran cantidad de viajeros y de lugares habilitados para ello hizo que fuera prácticamente imposible colocar las maletas en lugar adecuado. "Sin sitio para bultos y maletas, se llegó hasta el punto de tenerse que utilizar el baño del vagón número 3 como maletero", relatan los viajeros del convoy. Este baño, explican los usuarios del viaje, "tiene una pegatina en la puerta en la que pone fuera de servicio disculpen las molestias. Es el de las maletas, está en zona preferente y es el de minusválidos".

El viaje se hace especialmente incómodo para algunas personas, que "tienen que ir sentados sobre sus bolsas y no al revés".

La situación de los baños dejaba también mucho que desear: "en uno no funcionaba la cadena del váter. En el baño del vagón número 8 sí funciona la cisterna, pero el agua se sale para el suelo", con el olor de orines correspondiente.

Eso si, se quejan los usuarios, "los billetes nos los cobraron al mismo precio de siempre". Y los revisores tampoco se querían meter en problemas ante las quejas de los usuarios, señalan viajeros que iban ese día en el ferrocarril. El relato del viaje del pasado domingo por la tarde no parece ser lo habitual, a tenor de las buenas críticas que suscita el servicio ferroviario, en franco crecimiento sobre todo desde que se pusieran en marcha los trenes híbridos que acortaron a dos horas la duración del viaje a Madrid.

Si a finales del año pasado empezaron a circular los trenes directos entre Madrid y Zamora por la vía del AVE, un convoy diario por cada sentido, para mediados del presente mes de enero se espera que el resto de los servicios que pasan por la capital, que son los Alvia que unen la capital de España y la ciudad gallega, utilicen también la línea de alta velocidad. Eso significa ahorrar en torno a media hora de tiempo de viaje.