Zamora es la provincia que mayor número de días ha superado los límites de contaminación atmosférica por ozono de toda la región, según el informe sobre la calidad del aire de 2015 que acaba de hacer público la Consejería de Medio Ambiente. En concreto, en Zamora se han superado durante el pasado año 104 veces el valor guía de la Organización Mundial de la Salud de cien microgramos por metro cúbico; saltó 17 días por encima de los 120 microgramos, umbral a partir del cual hay que vigilar la medición y realizar un control más intenso, y en una ocasión superó los 180 microgramos por metro cúbico, lo que obliga a informar a la población y autoridades locales y sanitarias para evitar la realización de actividades al aire libre, especialmente las personas con problemas respiratorios.

Es precisamente el ozono el contaminante que sigue proporcionando unos valores más altos en la comunidad autónoma.

Los episodios anticiclónicos de alta estabilidad atmosférica no favorecen la dispersión de contaminantes y a pesar de haber ocurrido varios durante el año pasado "no se ha registrado ninguna superación de los valores límite de protección a la salud humana" por octavo año consecutivo, según el informe de la Consejería de Medio Ambiente.

Además del ozono hay otros muchos contaminantes del aire, como las partículas en suspensión (diferenciadas, según su tamaño en PM10 y PM 2,5). La situación de la comunidad, según indica la Junta, presenta los mayores niveles en las estaciones medidoras de León y Medina del Campo. En Zamora el pasado año se superó tres días el valor límite diario de protección de la salud humana de las partículas PM10, fijado en 50 microgramos por metro cúbico, aunque se considera que hasta 35 veces al año es tolerable alcanzar esa cifra.

Zamora también superó en 17 ocasiones el valor de la media anual de datos diarios expresado en microgramos por metro cúbico, cuando el valor límite anual para la protección de la salud humana es de 40. Las partículas en suspensión presentes en el aire son las que disponen de un tamaño lo suficientemente reducido como para permanecer "flotando" por un tiempo indeterminado e incorporarse a las vías respiratorias de los seres vivos, o depositarse finalmente sobre la superficie de plantas y edificios.