José María Calvo acaba de escribir "Memorias de un profesor", tras dedicarse durante años a la enseñanza de filosofía. Pese a residir en San Lorenzo del Escorial regresa con mucha frecuencia a Zamora donde están sus raíces.

-¿Qué le mueve a escribir "Memorias de un profesor"?

-Este es el octavo libro que he publicado. Soy el creador del Ateneo Escurialense porque mi vocación es trabajar para los demás a través de la cultura y la filosofía, que creo que están bastante unidas. Siento la necesidad de escribir unas memorias que sirvan para la gente. Es un recordar y, como creo que la educación y la filosofía son vida, es mi experiencia que ojalá sirva a profesores y a padres.

-¿Cómo concibe usted la educación?

-Yo quiero que mis compañeros y la gente piense, que no se fíen de los expertos a los que les han mandado hacer estudios. Quiero que piensen y que reflexionen sobre su tarea y de ahí sacarán la conclusión de que la educación que hemos tenido y tenemos viene de la Revolución Industrial del siglo XIX en la que se pedían que se prepara a operarios para que fueran puntuales, obedientes y que repitieran tareas, de ahí que en la escuela se nos prepara para ser puntuales, obedientes y repetitivos. Logramos que los chicos, que son inquietos y quieren preguntar, se fueran aburriendo y pensaran que lo más importante del colegio fueran el recreo y las vacaciones. La educación se convirtió en algo ajeno a los propios estudiantes y lo importante ahora es dar el giro copericano, no son los alumnos los que tienen que adaptarse a los libros de texto y al profesor, sino al contrario.

-¿De qué manera?

-El objetivo es que los chicos vayan dando sentido a su vida, hay que respetar al otro y tenemos que lograr que el otro nos respete.

-Habla del respeto entre iguales cuando muchos niños no lo ven en casa y los padres no valoran la figura del docente.

-Estoy de acuerdo. En casa es donde se mama esa educación. Desde un comienzo en la escuela tienen que existir normas habladas entre todos. Hay que hacer el aula una comunidad de diálogo en la que el profesor es uno más. Además, el chico es el protagonista de su propia educación y es el que va haciendo conocimiento. El cerebro de los estudiantes no es un almacén de datos. La educación ya no es llenar una cubeta sino encender una llama. Hay que despertar en los chicos ganas de aprender.

-Desde su punto de vista ¿cómo puede hacerse con muchos profesores y alumnos desmotivados?

-Hay que pensar que vives para la educación, no de la educación, algo aplicable a cualquier profesión. Tienes que saber escuchar a los alumnos y a la clase. El ser humano tiene que aprender a pensar por sí mismo para no dejarse manipular ni por los padres, ni por los profesores, ni por los políticos, ni por la televisión.

-Para usted ¿qué papel tiene la familia en la formación del niño?

-En educación el centro, la familia y la sociedad tienen que ir muy unidos. A mí me ha dado la impresión de que siempre he remado en el aula en contra de los valores que había fuera. Hablaba a mis alumnos de la Justicia cuando ¿qué encontraban fuera? Yo creo que se enseña más con el ejemplo que con la palabra. Hay muchos profesores que están recorriendo concursos televisivos para conseguir dinero, ¿qué ejemplo son para sus alumnos?

-La filosofía que usted ha impartido y que ayuda a desarrollar el pensamiento crítico ahora está desterrada de la educación.

-Por eso le escribí varias cartas al anterior ministro de Educación y Cultura, a Wert, dado que estaba haciendo la Lonce. Lo cierto es que cada vez que pasa un gobierno, la filosofía queda peor parada. Todo profesor tiene que tener una formación filosófica para poder ejercer. Además, aprender a pensar hay que desarrollarlo en todas las materias.

-Deberes ¿si o no?

-En principio no soy partidario de los deberes ni en la propia escuela. Hay que ilusionar a un niño o un joven que hace las cosas si le gustan y fuera se puede completar la formación del aula, pero nunca con algo impuesto.

-El informe Pisa valora el rendimiento de los estudiantes a partir de unos exámenes. ¿Qué le suscita?

-Si solo ponemos el énfasis en aprobar y en ganar, lo primero que van a intentar las personas es hacer trampas y procurarán ganar con el mínimo esfuerzo. En el deporte ahora se hacen trampas para ganar. Los valores que conlleva la vida deportiva ¿dónde están?