José María Cuasante presenta una veintena de obras donde bascula entre el rojo y el azul, la caracteriza de este pintor del color.

-Retorna a su tierra chica, a Zamora donde vivió su adolescencia. Su despertar artístico ¿fue en esta ciudad?

-Sí, en Zamora se me despertó el interés creativo artístico de verdad al ver las obras de Castilviejo, de Antonio Pedrero, Alberto de la Torre que acababan de formarse y que me deslumbraban.

-Y ahora, ¿quiénes les deslumbran?

-Realmente es una pregunta difícil porque ha habido mucha gente que me ha interesado (breve silencio). Creo que pintores desconocidos del siglo XIX. Los que más me deslumbran son los desconocidos porque lo descubres.

-¿En estos momento el público tiene que descubrir a los artistas?

-El arte hoy es muy distinto al de otras épocas. Ahora es muy difícil descubrir cosas nuevas porque a través de los medios de comunicación tan veloces que existen uno se entera de todo y conoce a distintos artistas. Las comunicaciones son muy fuertes, pero también es cierto que existe una superficialidad con respecto al hecho artístico lo que repercute en el hecho creativo.

-¿Por qué?

-No sabes quién está detrás de una iniciativa y como la publicidad y el marketing son tan poderosos y si se dice que algo es impresionante, nos lo acabamos creyendo. Hay que tener un criterio pero también hay que tener muy presente que el tiempo va cambiando, las emociones varían, de ahí la importancia de conocer lo que se hacía hace dos siglos porque te quieren etiquetar algo de deslumbrante cuando quizá no lo es tanto.

-Desde su punto de vista ¿ayuda a conocer más a un artista las redes sociales o los premios?

-Realmente no lo sé, pero yo no confío demasiado en los premios, aunque depende de los galardones. No se puede comparar un reconocimiento nacional con el que otorgan en un pequeño municipio una asociación. Creo que las instituciones más que organizar un premio deben de adquirir obra estando asesoradas.

-Muchas instituciones tienen fondos pictóricos muy amplios gracias a concursos o celebraciones de bienales como la que hubo en la ciudad.

-Tienen muchas obras pero muchas veces no son fondos sustanciosos. Muchas veces no se sabe ni quién es el artista. Las administraciones que organizaron concursos o bienales tienen que analizar los fondos que tienen, en qué acercaron o qué errores cometieron antes de retomar estas actividades.

-Es el pintor del color, pero ¿qué es para usted?

-Científicamente y como profesor de color es la impresión sensorial que producen ciertas frecuencias de longitudes de onda. Como pintor son las emociones que eso produce.

-Emociones que en este caso centra en el rojo y en el azul.

-Igual que Kandisky el verde es un color que no me gusta mucho. El verde es el color que está en el medio en el espectro visual que empieza por el azul, la onda corta, luego está el verde, onda media, y el rojo, onda larga. En la muestra hay onda corta y onda larga, hay poco onda media.

-En las obras que exhibe apuesta por un azul con una luz muy mediterránea.

-Estos colores azules que no logro ver en Madrid y sí en mis veraneos en Ibiza. Allí sin embargo no encuentro el rojo que lo tengo que tocar de los interiores de mi casa, donde abunda la luz caliente que da un ambiente caliente que contrasta con la frescura de los cuadros azules que son fríos, mientras que los rojos son más emotivos. Yo como persona tengo los dos polos, por un lado soy muy racionalista y por otro, soy temperamental.

-A finales de este mes vuelve a León con una retrospectiva.

-Regreso a un lugar donde no exponía desde hace bastantes años. Me apetece regresar a León donde se verán obras mías de 20 años para acá. El público podrá ver muchas de las obras a las que yo tengo mucho cariño.

-Es un hombre muy activo, ¿en qué está trabajando en estos momentos

-En pintura estoy haciendo lo que expongo en Zamora y en investigación sobre el color estoy haciendo unos juegos de contrastes simultáneos, el efecto que produce un color al estar al lado de otro, que me llenan muchísimo porque son muy originales.