La cesión presenta un tercer ámbito. Las piezas. El etnógrafo Ángel Carril tenía casi un millar de piezas de la vida cotidiana tradicional, como juegos de cencerros, aceiteras; juguetes como peonzas, platos de loza, chocolateras de barro o cántaros así como indumentaria tradicional, principalmente de Salamanca, y una amplia colección de instrumentos tradicionales de la península, que son originales, y de Marruecos, la India o Sudamérica, como flautas andinas de caña doble u ocarinas.

Desde el Museo Etnográfico resaltan las hueseras, las cañas rocieras, crótalos de metal, instrumentos de los que adolecía del centro, o una zambomba, un pandero cuadrado con porra de Peñaparda así como la rica variedad de castañuelas, desde León hasta Ibiza. "Todas muy bien conservadas", apuntan. Por el momento ninguno de los instrumentos de Carril se exponen en las salas del centro regional, pero la idea es modificar, en breve, la vitrina de instrumentos "para ampliarla y exhibir algunas de las piezas que se tocan en la región" como las hueseras o el pandero cuadrado.