La situación que viven los jóvenes zamoranos que quieran adquirir una vivienda teniendo en cuenta solamente sus ingresos es bastante más delicado. Aunque cada caso es un mundo, los datos indican que los trabajadores de menos de treinta años de edad no alcanzan los ingresos mínimos necesarios para afrontar el pago de un hipoteca con garantías de éxito. Y esto teniendo en cuenta que el precio del suelo se ha abaratado muchísimo en los últimos años, pues la adquisición de una vivienda por parte de un trabajador joven era algo todavía más inviable en los primeros años de la crisis.

Los datos son tajantes y dicen que los asalariados de entre 20 y 29 años no alcanzan, siempre hablando en clave estadística -término medio-, unos ingresos de 12.732 euros al año, baremo marcado en rojo como el mínimo para comprar una vivienda teniendo en cuenta las características que tiene el parque inmobilario zamorano.

Los datos muestran que un trabajador joven tendría que destinar hoy como media el 41,3% de sus ingresos mensuales al pago de una hipoteca. Aunque es un porcentaje elevado -muy alejado del 30% que se marca como tope para no correr excesivos riesgos-, hay que señalar que es muy inferior al registrado en el año 2014, cuando se tenían que destinar más de la mitad de los ingresos mensuales al pago del préstamo inmobiliario.