La detención de un hombre por conducir ebrio, al que la Policía Municipal detectó por la forma en que dirigía su vehículo, fue el incidente más destacable de la madrugada de Año Nuevo. Eran las 5.00 horas de ayer cuando al someterle a la prueba de alcoholemia se comprobó que, con un 0,45, superaba la tasa permitida. Por lo demás, Nochevieja apenas dejó altercados en la capital, no hubo que lamentar sucesos, salvo una pelea a las puertas de una discoteca situada a las afueras de la capital, en la que la Policía Nacional y la Municipal no llegaron ni a intervenir. Una llamada alertó del enfrentamiento entre varias personas, del que los agentes no hallaron rastro al llegar al establecimiento hostelero, próximo a la carretera de Villalpando.

Eran las 5.45 horas, avanzada ya la madrugada, cuando el servicio de emergencias 112 recibió el aviso para solicitar su presencia en esa zona de pubs. A esa hora, los agentes municipales habían atendido a un joven de 20 años, al que fue preciso trasladar hacia las 4.00 horas al Hospital Virgen de la Concha al encontrarse en coma etílico. Apenas un minuto después otra llamada pedía ayuda para otro joven que también se había excedido en el consumo de bebidas alcohólicas y sufría otro coma etílico. Este también terminó en el servicio de urgencias del complejo asistencial de Zamora. Las dos personas auxiliadas se hallaban en calles del entorno de la Plaza Mayor, donde se concentró, junto a la calle de Los Herreros, el mayor número de público para dar la bienvenida al año 2016, para lo que los locales dejaron de lado los cotillones, de escaso número en la ciudad.

El teniente alcalde del Gobierno IU-PSOE y concejal de Seguridad Ciudadana, el socialista Antidio Fagúndez, destacaba la madurez mostrada por los ciudadanos, con un comportamiento responsable al evitar conducir tras ingerir alcohol. Así lo corrobora el que de las 50 pruebas de alcoholemia que la Policía Municipal realizó en dos controles, entre las 4.00 y las 5.00 horas, no se registrara ninguna positiva. Fagúndez subrayó su satisfacción y la de la Policía Local por el calado que han tenido las campañas de sensibilización.

La sucesión de fuegos artificiales en barrios, casi de forma alterna, durante más de una hora, llamó especialmente la atención a los zamoranos que pudieron disfrutar del colorido del improvisado espectáculo de pirotecnia que iluminó el cielo en cuanto sonó la última campanada del año. Destacables fueron las números llamadas recibidas por la Policía Municipal por el ruido de petardos y de fiestas privadas.