Matrimonio de Tenerife con una hija de doce años. Él, pintor. Ella, dependienta en una tienda de juguetes. Pierden el empleo y acaban en la calle, en una antigua fábrica de yogures. La pequeña deja su habitación, los pósteres y las muñecas para dormir al raso, entre ratas y basura, en compañía de drogodependientes. La madre intenta consolar a la niña, tratando de hacerla entender el porqué de su destino. Y al fin se duerme. Antes de acostarse, el padre comprueba que junto a la almohada tiene la ballesta. "Es por seguridad. Aquí no sabes lo que te vas a encontrar".

Esta es una de las historias -tremenda, sí- que germinaron al calor de la crisis. La recogió un mago de los "cuentos, cuentos que son verdad", como a él le gusta decir. Porque la profesión del periodista implica, por contrato, asegurarse de que el que escucha, ve o lee, comprende el sentido de lo que pasa, el "porqué" de la vida. ¿Y acaso existe algún otro género mejor para conmover al ser humano?

El periodista Pedro Simón (San Marcial, 1971) presentó ayer una selección de estos auténticos "relatos de terror" en una librería de Madrid, junto a otra zamorana, Lucía Méndez, su referente ético y profesional. "Siniestro Total" (FronteraD) es el título del libro. También la radiografía del dolor, de las heridas de un país roto por la crisis y el despilfarro económico. No importa el color político.

Entre sus páginas, los relatos de la serie "La España del despilfarro" en el diario El Mundo que reportaron a Simón la última edición del premio Ortega y Gasset de periodismo. Decenas de reportajes y un prestigioso galardón más tarde, despierta la curiosidad saber qué opina el informador. "La conclusión es que si encima del mapa del despilfarro, colocas el de la corrupción, resulta que es el mismo". Simón expone el patrón utilizado durante la era del ladrillo: "Partido político con mayoría absoluta en el ayuntamiento de turno, empresario afín construyendo una edificación ilegal en un sitio protegido y un grupo vecinal o ecologista que lo denuncia", enumera el periodista. "Y últimamente hay un capítulo más: a los vecinos les dan la razón".

Proyectos que se fraguaron con una oferta irresistible de empleo para cientos como escudo. Puestos que nunca asomarían? O que sí, como en el epicentro del caso Brugal. "El muñidor de la trama, Ángel Fenol, impregna de dinero los ayuntamientos del Levante español. Construye un vertedero ilegal junto a La Murada, un pueblo donde no se puede andar porque huele a mierda. Pero el 80% revalida la mayoría del PP porque trabajan en la basura. Les da igual", relata Simón.

En sus artículos denuncia el "esperpento" público y sus consecuencias para la sociedad. Como las "burradas" financiadas con dinero de Europa. "Por citar un caso, recuerdo el de Tarna, un municipio asturiano tan pequeño como el mío, San Marcial. Un día apareció un urogallo y los políticos decidieron construirle un museo en las antiguas escuelas con 500.000 euros de fondos europeos y en contra de los vecinos. Cinco años después, el centro sigue sin inaugurarse".

En el mapa del despilfarro no sale Zamora. Aunque Pedro Simón sí tuvo en cartera un "cuento" sobre el vanguardista Palacio de Congresos que se comió tres millones de euros y se convirtió en agujero. "Zamora también tiene su cacique, su constructor, su comisionista? el patrón se repite en cada provincia", asegura el periodista.

Para un zamorano de San Marcial que reside en Madrid, debe de ser una buena noticia poder regresar de la capital en Alta Velocidad por veinte euros. Ocurre que Simón es un escéptico de las mayúsculas inversiones del AVE. "Yo no soy quien para valorar el nuevo servicio porque no vivo en Zamora, pero me da la impresión de que a la provincia le han falta otras cosas, por lo que me cuentan, como los servicios sociales. El AVE es la resaca de los ricos que se gastaron el dinero de forma indecente, una torpeza que no va a ser rentable", reflexiona el premio Ortega y Gasset.

Más allá del derroche, el trabajo "Siniestro Total" incluye otras historias. Son producto de lo que Simón enseña en los talleres de periodismo social. "Yo le digo a los alumnos que deben buscar las heridas: si tenéis la herida, tenéis el reportaje", anima a los jóvenes. Como explorador del dolor, él ha encontrado muchas y muy profundas. Como la de la madre del Opus Dei, una promotora inmobiliaria que ganaba más de 20.000 euros mensuales en Valencia, y que acabó por tener que prostituirse al perderlo todo para poder criar a su hijo con discapacidad.

"Todo está contado", asume Simón. Pero tiene presente el librillo de Gabriel García Márquez. "Al final no te acuerdas de quién lo contó primero, sino cómo. Yo recuerdo reportajes extraordinarios sobre las minas de Nigeria, sobre el coltán, sobre la dictadura argentina? me acuerdo de quién lo hizo, pero no de quién fue el primero". Anoche, Simón trasladó estas y otras enseñanzas y "cuentos" de la vida en una librería de la Castellana de Madrid.