Un paciente acude al especialista el pasado mes de agosto y sale con un posible diagnóstico de una patología traumatológica. Se tiene que hacer una prueba para corroborar el diagnóstico, que le llega en el mes de diciembre. Y ahora tiene que volver a pedir cita con el traumatólogo y le dicen que para septiembre del año que viene, porque no se trata de una patología preferente. Es un caso real que se está produciendo en estos momentos en la sanidad pública zamorana.

Según las informaciones a las que ha tenido acceso este diario ahora mismo en el servicio de Traumatología se están dando citas para los pacientes preferentes a partir de marzo y los normales a partir de septiembre. Al parecer el problema principal estriba en la falta de dos facultativos, por lo que el resto de la plantilla no da abasto para hacer frente a la demanda. Las agendas de los médicos están cerradas, con casos de hasta sesenta pacientes por consulta, pero en algunos casos se ha tenido que habilitar una agenda adicional para atender a los pacientes más urgentes.

Las fuentes consultadas explican que algunos pacientes lo que hacen es intentar entrar por la vía de urgencias por ver si les resuelven su problema. La situación también se deja sentir en las quejas de los usuarios, que habrían aumentado notablemente en relación con este servicio.

Es habitual que la sala de espera de las consultas externas de Traumatología presente siempre un aspecto de saturación importante, si bien en meses anteriores no parecía haber tanto problema de demoras, al menos que hubiera trascendido.

Este diario ha pedido a la Junta de Castilla y León información oficial sobre el asunto, sin éxito.

Los problemas de falta de facultativos están afectando también a otro servicio, el de Oftalmología, donde la saturación de las consultas y la demora para conseguir cita es también importante, de tal forma que están rondando casi los seis meses. En este caso tanto el gerente de Atención Especializada, el doctor Francisco Javier Montes, como el delegado territorial, Alberto Castro, sí han ofrecido en varias ocasiones explicaciones sobre el asunto y han asegurado que el problema estriba sobre todo en las dificultades para contratar a un oftalmólogo que permita atender a los pacientes con mayor desahogo.