-Ha tenido que hacer frente a un asunto muy delicado como es tener entre sus diputados a un imputado: Ángel Prada. ¿Cree que no debería estar sentado en la bancada de la Corporación provincial, ni siquiera como no adscrito?

-Yo siempre he sido muy clara desde el principio con este tema. Con independencia del cariño personal que le puedas tener a un compañero de partido y de Corporación, yo a Ángel Prada le pedí que entregara el acta de diputado, pero esa decisión era suya. Si hubiera sido mía, él no estaría allí ya. Mi obligación era que dejara los cargos de responsabilidad en la institución, tal y como así ha sido, y al causar baja en el partido dejó de formar parte del grupo popular en la Diputación.

-¿Confía en que siga votando con el Partido Popular?

-Yo quiero que vote con nosotros él o todo aquél que crea en los proyectos que nosotros presentamos.

-Otro cambio que afronta la Diputación y que, en este caso, está motivado por una buena causa, será la marcha de José María Barrios al Congreso de los Diputados tras el resultado de las elecciones. ¿Qué remodelación tiene prevista?

-Dependerá de la disponibilidad del nuevo diputado que se incorpore, que será Manuel Martín, alcalde de Monfarracinos, según las previsiones. Se hará de manera natural, son cosas quepasan.

-¿El área de Obras pasará también al nuevo cargo?

-Aún no está decidido. Todo dependerá de la formación, del perfil y de la disponibilidad. Habrá noticias después de la Navidad.

-A la vuelta de la esquina está un 2016 con un presupuesto ya aprobado y un eje de acción muy claro: los Servicios Sociales. ¿Por qué es tan necesario apoyar ese área en el medio rural?

-Porque en el medio rural hay mayor dificultad en la prestación de los servicios al haber más dispersión. Cuesta más trabajo económico y de personal, pero las personas que viven en el medio rural tienen el mismo derecho a recibir esos servicios que las que viven en la capital. Yo no entiendo el área social como solo Servicios Sociales en sí, sino como todo aquello que va para las personas.

-El próximo año los tradicionales planes provinciales, hoy planes municipales de obras, no costarán un solo euro a los ayuntamientos cuando se trate de obra básica. ¿Era necesaria una medida así?

-Es la manera de favorecer que los alcaldes se inclinen por la obra básica durante dos años y ha tenido muy buena acogida entre los regidores. Cuando hablamos de obra básica hablamos de la pavimentación, el alumbrado, que los vecinos abran un grifo y tengan agua, el saneamiento... Cualquier alcalde que quiera hacer otro tipo de obra la puede ejecutar, pero con una aportación ya que no es normal realizar proyectos secundarios cuando existen, por ejemplo, calles sin pavimentar o conducciones de abastecimiento de agua de uralita. Hemos hecho un esfuerzo de 5 millones de euros de dinero íntegro de la Diputación. Ha sido una gran apuesta en los presupuestos por la obra básica y los servicios sociales, pero también por el turismo y el empleo.

-Empleo y Servicios Sociales. Precisamente dos de las áreas que no son competencia directa de la Diputación. ¿Qué futuro le espera a la institución provincial cuando se transfieran definitivamente?

-Hay servicios que la administración autonómica no va a prestar de manera directa y seguiremos siendo nosotros, como administraciones más cercanas, las que ofreceremos el servicio. Lo que cambiará es que estará garantizada la financiación bien sea a través de una delegación con traspaso de fondos o con la prestación subsidiaria con una reclamación posterior a la Junta de Castilla y León. En cualquier caso, es un debate que ha quedado aplazado hasta que se apruebe la Ley de Financiación Económica, no es algo inminente para el 1 de enero como parecía que iba a ser.

-Qué modelos de gestión se abren para el Ramos Carrión, obra estrella de la Diputación que le ha venido dada de anteriores mandatos?

-Ha habido ya dos reuniones y esperamos que el mes que viene ya tengamos las conclusiones de esa labor de asesoramiento que adjudicamos. Hace unos días pusimos ya de largo la sala de exposiciones para que los zamoranos tengan otro espacio más dedicado a la cultura.

-Le molesta mucho que se hable de privatización del teatro por parte de la Diputación...

-Porque no es verdad. Parece ser que cuando un servicio se gestiona de manera indirecta por parte del Partido Popular lo estamos privatizando, pero cuando lo hace un Gobierno de izquierdas resulta que es una modalidad de gestión en beneficio de todos y más ventajosa. Hay que ser serios y llamar a las cosas por su nombre. Podríamos hablar de una empresa privada, una fundación, una colaboración público-privada... ya se verá qué modalidad es la adecuada. Lo que está claro es que la Diputación no tiene personal adecuado para asumir la gestión. Por otra parte, vamos a habilitar el próximo año otro espacio cultural referente en Zamora que será el antiguo edificio de la Diputación. Tenemos previsto inaugurar a primeros de año con una exposición de un zamorano. Y, por supuesto, seguirá siendo la sede de la Ortega-Marañón. Será un edificio cultural para artistas zamoranos de la provincia.

-Durante estos 2015 y 2016 han despuntado tres acontecimientos únicos para la provincia como son Las Edades del Hombre, la Reserva de la Biosfera y la llegada de la Alta Velocidad. ¿Sabrá Zamora sacarle provecho a estos recursos?

-Para ello estamos trabajando. Estamos sentando las bases para el impacto de la Reserva de la Biosfera en el turismo y en el desarrollo económico de la población que vive en el territorio. Aunque ya empezamos a ofertarla, el grueso de los efectos no van a ser inmediatos sino más a medio plazo. Más inmediato sí será, en cambio, el impacto de la Alta Velocidad y de Las Edades del Hombre. La exposición tendrá su afluencia más fuerte de abril a noviembre, aunque siempre hay un antes y un después de la exposición. Lo que hay que hacer es saber aprovechar el AVE para relanzar nuestra provincia.

-El retraso en la valoración de expedientes de ayuda a domicilio provocó que recibiera un toque de atención de la Junta de Castilla y León que a usted le molestó mucho. ¿Han conseguido agilizar los informes tras la contratación de personal?

-Contratamos a seis trabajadores sociales y estamos consiguiendo desbloquear esos retrasos a buen ritmo. En cualquier caso, la ayuda a la dependencia es una competencia compartida entre la Junta y la Diputación, de modo que una parte del procedimiento lo hacemos nosotros y otra parte lo elaboran ellos. De todos modos, yo soy partidaria de poner soluciones, no de apuntar con el dedo o repartir culpas. Nosotros sabíamos lo que había, por eso contratamos personal, pero la administración tiene que seguir un proceso para ello. Tomamos soluciones de inmediato y hemos actuado con responsabilidad aplicando medidas. No era necesario poner palitos en las ruedas.

-¿Cómo son las relaciones entre la Diputación y la Junta de Castilla y León?

-Con la lealtad institucional que deben de presidir todas las relaciones entre administraciones, igual que con el Ayuntamiento de Zamora.

-¿Cuesta más sacar adelante acuerdos institucionales en municipios como la capital, Toro o Benavente, con alcaldes de distinto signo político al suyo?

-Pues la verdad es que no. Las relaciones entre instituciones están por encima de las relaciones con las personas que ocupamos interinamente esos cargos. La Diputación, el Ayuntamiento, la Junta y el Estado estamos obligados a entendernos y trabajar juntos por el bien de los ciudadanos con independencia de las preferencias personales y, por supuesto, del color político. Con Zamora capital, por ejemplo, han salido adelante las negociaciones para el Consorcio de Bomberos, se han desbloqueado reformas de estatutos para otros consorcios y les cederemos la instalación del colegio del Tránsito. Con el Ayuntamiento de Toro, sin ir más lejos, hace unos días hemos firmado en la Diputación un protocolo de colaboración para impulsar las Edades del Hombre que se celebrarán el próximo año en Toro. La institución provincial es la casa de todos los ayuntamientos de la provincia y las puertas de mi despacho están abiertas a todos, incluso a aquellos partidos que no tienen representación en la institución.

-¿Cómo califica la labor de oposición de los tres grupos: PSOE, IU y Ciudadanos?

-Veo una oposición responsable por parte de David Carrión, de Ciudadanos; una oposición trabajada y coherente por parte de Izquierda Unida, pese a no estar de acuerdo a menudo con ellos; y una oposición con trabajo del PSOE. Sin embargo, en estos últimos a veces veo que no descienden al terreno de la provincia sino que se quedan en la oposición por la oposición sin grandes argumentos porque, tal vez, no lo estemos haciendo tan mal. Muchas veces van a lo fácil, a la negación por sistema y a la demagogia pura y dura. Yo les ofrezco la mano, al PSOE y a todos, pero para construir y para abordar lo que es nuestra responsabilidad, que es la provincia de Zamora.

-¿Le duele que le digan que quien sigue mandando en la sombra en la Diputación es Martínez Maíllo?

-Me ofende que digan que el presidente sigue siendo él con todo lo que estamos trabajando tanto mi equipo como yo para sacar adelante la Diputación. No es de recibo que digan eso y no es justo. Es una forma de menospreciarme y en realidad lo que hacen es menospreciar a los ciudadanos que han votado al Partido Popular. Hay una política continuista porque ambos tenemos una coincidencia ideológica total, pero cada persona somos de una manera. Además, a la hora de gobernar, las mujeres lo hacemos de manera distinta y esto es una realidad innegable.

-¿Le ha pedido consejo a su antecesor?

-A él y a otros presidentes de diputaciones, como ellos también me lo piden a mí. Se trata de compartir experiencias y quedarse con lo que más convenga a la provincia.

-¿Por qué son necesarias las diputaciones en provincias como la de Zamora en un contexto en el que algunos partidos políticos apuestan por su desaparición? ¿Qué ocurriría si no existieran?

-Habría un montón de servicios que no se prestarían. ¿Quién se encargarían de las carreteras y los caminos, por ejemplo? ¿Y de la recogida de residuos? Hay un montón de competencias que se están ejerciendo desde las diputaciones y que en los grandes municipios no se ven. Hay ayuntamientos de municipios que no pueden subsistir por sí solos sin el respaldo de la Diputación, y para eso estamos nosotros ahí.

-¿Echa de menos el Congreso de los Diputados?

-Echo de menos a los compañeros. Pero yo estoy encantada de estar en Zamora, con mi familia y con mis amigos. El ir y venir en cualquier condición climatológica y personal no es tan bonito como lo pintan. Hay cosas que no se ven.

-¿Tiene amigos en la política?

-Sí. Grandes amigos.

-¿Y enemigos?

-Como mucho, yo diría que adversarios. No soy yo de tener enemigos, no creo buscarlos y, ni mucho menos, merecerlos.

-Un deseo para los zamoranos de cara al Año Nuevo que se avecina.

-Que sea el año del empleo y de la prosperidad para la provincia y, sobre todo, salud a todos los zamoranos. Con salud se puede con todo.