El obispo de la diócesis de Zamora, Gregorio Martínez, presidió ayer la tradicional Misa de Navidad, en la que se otorgó la bendición apostólica. Decenas de zamoranos acudieron al acto religioso, que tuvo lugar un día después de la tradicional misa del gallo celebrada en la medianoche del jueves, dedicada a la Natividad del Señor. Mañana domingo tiene lugar la jornada de la Sagrada Familia, la fiesta litúrgica que tiene lugar el primer domingo después de Navidad. El acto servirá para homenajear a los matrimonios que acaban de celebrar, este año, las bodas de oro o plata.