La importancia del voto por correo en estas elecciones quedó de manifiesto viendo el gran mazo de sobres que portaba el cartero para entregarlos en las dos mesas electorales. El 20-D que se despertaba lluvioso puso la nota de alegría para los agricultores, que ayer expresaban de forma rotunda "la necesidad que tenemos en el campo de agua". Tampoco era la lluvia para echar las campanas al vuelo pero la creciente preocupación por la sequía entre los agricultores y ganaderos daba un pequeño respiro. También ayer era día de caza, así que los cazadores aprovecharon o bien la primera hora de la mañana o al término de la jornada cinegética para ejercer su derecho. No sería hasta el mediodía, coincidiendo con la misa dominical y el vermú, cuando se registraba mayor afluencia de votantes, lo mismo que por la tarde a partir de las seis y aprovechando las dos horas antes de la clausura de los colegios electorales.

La normalidad fue la nota destacada del día electoral, sin incidencias resaltables en ninguna de las comarcas más allá de los típicos despistes de algunos votantes que tuvieron que volver a casa a por el DNI porque de otra manera no era posible depositar el voto.