El tren es el mismo que hasta ahora, un Alvia, pero el estreno de la vía de alta velocidad impuso, en esta primera jornada, una estética diferente. Si hasta ahora todo el mundo accedía sin cortapisas a los andenes, ayer había todo un equipo de personas, azafatas incluidas, para controlar el acceso, con el correspondiente billete y había que pasar el equipaje por la máquina detectora. La precipitación por inaugurar la alta velocidad antes de las elecciones se dejaba notar, eso sí, en muchos detalles, ya que la remodelación del edificio de viajeros, aunque muy avanzada, aún no está lista. De hecho, los usuarios accedían al andén por la calle, rodeando el edificio principal.