Cuando la orden judicial de embargo sobre una máquina que le pertenecía le llegó, el deudor creyó poder eludir el pago de la cuantía que tenía pendiente de abonar diciendo que no tenía en su poder ni el objeto que se le exigía, ni la documentación. En su defensa, el acusado argumentó que los papeles los tenía una empresa ajena a él.

La excusa no tuvo ningún efecto o, al menos, no el esperado, puesto que solo consiguió enfrentarse a un procedimiento judicial en el que se le acusa de desobediencia a la autoridad judicial. La Fiscalía Provincial pide ahora que se le imponga una condena de un año de prisión.

La magistrada del Juzgado de lo Penal deberá ahora determinar si impone al imputado la pena que solicita el Ministerio Público por desoír la orden del juez que le instó a entregar una maquinaria con la que pudiera cobrarse su acreedor.

El Juzgado le requirió para que cumpliera con la ejecución prevista por el magistrado que tramitó la denuncia para cobrar la deuda, sin obtener una respuesta positiva por parte del procesado.