La falta de personal, entre 25 y 30 policías menos de los que deberían trabajar en Zamora capital, y "un catálogo de personal obsoleto e insuficiente, para cubrir la demanda" actual de seguridad vuelven a constituir unas de las principales reivindicaciones que el jueves sacará a los agentes a la calle, en una concentración que se desarrollará frente a la Subdelegación del Gobierno, en la plaza de la Constitución.

Este déficit de personal afecta de forma especial a la Brigada de Seguridad Ciudadana, "la que más la sufre porque son los compañeros que están en la calle y trabajan los fines de semana y festivos", especifica el secretario del sindicato que aglutina a la mayoría de los policías, el SUP, Carlos Aller. La policía judicial es la otra que más perjudicada se ve por esa escasez de plantilla, una brigada en la que "al final tienen que derivar agentes asignados a la labor de calle" para que puedan cubrir las labores de burocracia y asistencia a jueces derivada de su labor de investigación de delitos.

Esta precariedad de efectivos está llevando a que "se nos están denegando días de permiso en fin de semana porque hay que cubrir la seguridad de la ciudad y no hay gente suficiente". Hay que tener en cuenta que son en esos días de la semana cuando normalmente se concentran los eventos deportivos, además de otro tipo de actividades profesionales, sociales o culturales. La actual campaña electoral, que se inició el día 4 de diciembre y concluirá el mismo día de los comicios, es otro periodo durante el que "se nos deniegan los permisos" porque se intensifica la labor policial, ante los actos de campaña y el desarrollo del día de la votación, el 20D.

El número de jubilaciones está siendo muy superior al de incorporaciones, de modo que, en la actualidad sería preciso ampliar la plantilla en 25 agentes más para poder alcanzar los 156 que están asignados a la capital, número que llegaría hasta los 30 si se acometiera la revisión del catálogo de personal, medidas que garantizarían el desarrollo normal del trabajo de los agentes, agrega Aller.

Los medios materiales continúan siendo precarios, "sin guantes, sin chalecos antibala, de los que carece "el 50% de los policías, sin vestimenta"; con vehículos obsoletos, "de más de quince años de antigüedad", sin disponer de uno propio para intervenir cuando hay disturbios, coches con protección de lunas que se utilizan cuando se da una grave alteración del orden público.

Los policías exigen asimismo, "armas largas de guerra. Aquí solo tenemos la pistola", como las utilizadas por la policía francesa en las intervenciones durante los atentados yihadistas, denuncia el representante de los agentes que trabajan en Zamora, quien critica con dureza que el Ministerio de Interior haya invertido dinero en cambiar la rotulación de vehículos y uniformes y no en reforzar los medios.

Por otro lado, el malestar entre los agentes es patente ante el procedimiento "de algunos mandos de la policía judicial que designan los puestos a dedo", manifiesta Aller, quien lamenta que se estén saltando la Ley Orgánica de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad que estable como principios a aplicar "la igualdad de oportunidades, los méritos, la capacidad y la antigüedad".

Frente a este baremo objetivo, "se está usando el de confianza, totalmente subjetivo, mientras que los compañeros que se han formado ven que no les sirve para ocupar nuevos puestos y cunde el desánimo, lo que puede repercutir en el nivel de asistencia al ciudadano porque no se usa al más capacitado". Se desmotiva al policía, advierte Aller, con lo que deja de realizar cursos. El SUP denuncia "la corrupción y falta de transparencia en esos procesos de ascenso a puestos superiores".

Por último, el SUP arremete contra "la concesión de condecoraciones a altos mandos policiales, que no están en la calle", como ocurre con la Cruz con distintivo rojo, vitalicia y pensionada, por la que se percibe una cuantía económica, que solo se puede conceder cuando el agente ha protagonizado alguna intervención destacada.