La muerte por tosferina de varios neonatos en varios puntos de España en las últimos semanas ha abierto un debate sobre la vacunación de las embarazadas que, según apuntan algunas voces médicas, podría reducir la incidencia de esta enfermedad en los recién nacidos, los más vulnerables. La Junta de Castilla y León anunció hace unas semanas que se encontraba "valorando" la inclusión de esta medida que ya aplican otras comunidades autónomas de forma sistemática.

La jefa de pediatría del Hospital Virgen de La Concha de Zamora, María Teresa Gil, confirmó que se encuentran a la espera de instrucciones y que esperan poder comenzar con esta vacunación a las gestantes "próximamente" cuando los responsables de la Junta de Castilla y León decidan si finalmente se implantará esta vacunación, una medida que hace unas semanas se encuentran "valorando" y a la espera de "resultados científicos".

Pese a lo mediático de los casos, Gil quiere hacer un llamamiento a la calma de los padres, aunque afirmó que se ha producido un ligero repunte de los casos "a nivel nacional y mucho más discreto en el plano autonómico" entre los niños menores de un año, donde la patología tiene una incidencia más grave. Se trata de una enfermedad que afecta al sistema respiratorio y que, mientras que en los adultos puede pasar por un catarro normal en estas fechas, en los menores tiene consecuencias graves que pueden producir incluso la muerte -aunque también puede confundirse con los síntomas de otras enfermedades como la bronquiolitis-.

"La opinión pública está alarmada por las noticias que han saltado a los medios de comunicación, pero la tosferina ha existido siempre y es una enfermedad tratada y con una vacuna efectiva en los niños", explicó Gil. En la actualidad, los bebés reciben una dosis de la vacuna a los dos meses de vida y más tarde una de recuerdo a los seis años.