El doctor Juan Antonio Ortega, responsable de la Unidad de Salud Medioambiental Pediátrica en el Hospital Universitario Virgen de la Arrixaca de Murcia ofrecerá hoy a las seis en el Campus la conferencia "Educar en verde" sobre la importancia de la formación sobre medio ambiente de los más pequeños organizada por la Asociación Apego Lácteo de Zamora.

-¿Dónde está la importancia de "educar en verde"?

-La madre naturaleza es capaz de proteger y compensar los efectos de la contaminación atmosférica y de las aguas, y por eso la carencia de espacios naturales está provocando unos efectos que se notan ya en la infancia. Hay enfermedades ambientalmente relacionadas con el entorno, y la OMS y la Unión Europea identifican el problema con el preocupante aumento de las enfermedades respiratorias y trastornos neurológicos del desarrollo.

-¿Cuáles son esos problemas de salud en la infancia?

-Por ejemplo, uno de cada ochenta bebés nace con espectro autista y las cifras de déficit de atención pueden alcanzar hasta el diez por ciento en algunas comunidades. Además, hoy, junto al bocadillo para el recreo, el 15% de los niños llevaban un broncodilatador en la mochila para tratar problemas respiratorios. Y hay quince casos de cáncer infantil por cada cien mil habitantes y, lo que es más importante, se ha producido un aumento del 1'5 por ciento. También los trastornos reproductivos y endocrinos como la obesidad y el problema de la bajada de la calidad seminal, que empeora por generaciones.

-¿Por qué la calidad del entorno medioambiental es tan decisiva en la vida de los niños?

-Porque tienen unas características especiales propias de la infancia que no existen en otras etapas de la vida. Los niños toman más aire que un adulto, por ejemplo, un recién nacido respira setenta veces por minuto. Su metabolismo es muy rápido y absorben con velocidad los nutrientes, pero también los contaminantes que hay alrededor. Además, entre los cuatro y seis años hay un trastorno que los empuja por ejemplo a comer tierra y si el parque en el que juegan está hecho sobre una zona industrial y la ingieren, estarán metiéndose en el cuerpo metales pesados o los químicos que haya. O cuando un padre es fumador y se pone al niño en el pecho, le está impregnando de tabaco. Los pequeños son mucho más vulnerables que los adultos, entre otras cosas por la altura, ya que muchos contaminantes atmosféricos y compuestos químicos del hogar pesan más que el aire y se quedan a menos de un metro del suelo. La nariz de un niño reciba doscientas veces más partículas que la de un adulto.

-¿Hay verdadero compromiso político con el tema medioambiental?

-Los niños no votan pero el 20 de diciembre tenemos que hacerlo nosotros por ellos en base a los programas electorales que decidirán la vida de muchas generaciones. Por ejemplo, en París se está debatiendo el cambio climático y las decisiones afectarán a gente que aún no ha nacido. Es cierto que hay una creciente preocupación social por el medio ambiente en todos los ámbitos, pero aún son pocos los profesionales capacitados para responder a esa demanda. Necesitamos políticos valientes para entender e interpretar la necesidad social de mejora del medio ambiente, pero interesa sobre todo la opinión de la gente de a pie, que son los que tienen la clave.

-¿Son ya irremediables los efectos del cambio climático o se tendrán que preocupar de ello las siguientes generaciones?

-El cambio climático afecta y eso es algo en lo que están totalmente de acuerdo médicos y científicos. Estamos en un periodo de la historia en el que tenemos que decidir y actuar. Yo no cambiaría mi modo de vivir por el de mi bisabuelo, porque gracias al desarrollo tecnológico podemos alcanzar cuotas de bienestar que serían imposibles para ellos. Pero ahora nos tenemos que preguntar si podríamos hacerlo mejor. Nos estamos cuestionando como especie que el precio del bienestar no es gratuito. Hace 25 años todos los profesionales biosanitarios tenían que saber algo de informática y las personas mayores se preguntaban para qué, pero hoy nadie podría tener un despacho sin ordenador. Dentro de 25 años nadie podrá trabajar sin tener conocimientos de salud y medio ambiente.

-¿Se está haciendo una buena labor educación medioambiental en los colegios?

-Igual que se necesita trasladar experiencia en ese tema a los profesionales sanitarios, también es necesario hacer lo mismo con los de la educación. Normalmente se piensa en talleres de reciclaje, eventos de respeto al medio ambiente... Pero también hay que mirar los centros en continente y contenido. Los adultos tenemos un marco de salud laboral, pero los niños no tienen ese marco regulador, por lo que tenemos que mejorar los centros y no hacer de ellos barracones y se debe evitar dar clase en edificios antiguos. Hay que introducir la naturaleza de forma transversal pintando de verde la agenda escolar y entren desde pequeños en contacto directo con la naturaleza.