En el año 2012, el grupo independiente Adeiza llevó al pleno del Ayuntamiento una moción para otorgar la declaración de bien de interés cultural a los restos del primer viaducto medieval, cuyos restos quedaron varados desde el siglo XIII entre el actual Puente de Piedra y la zona de los Pelambres. Tres años después, no hay noticias del consiguiente expediente, como tampoco de los necesarios trabajos de consolidación de las ruinas, antes de que el río Duero termine por depurar las piedras que aún continúan visibles.

Los trabajos de adecuación de la margen izquierda llevados a cabo recientemente dejaron a la vista los despojos de lo que los zamoranos conocen como "puente romano". En cambio, se trata de los restos de un viaducto de época medieval que, posiblemente, fue construido de forma defectuosa, con un exceso de altura para tratarse de una estructura románica, y se vino abajo poco más de un siglo después de ser construido.

Este viaducto medieval coexistió unos pocos años con el actual Puente de Piedra, este sí, en pie hasta la actualidad. Existe un sello del Concejo de Zamora que prueba que la antigua estructura dividida por una noria que abastecía de agua a la ciudad dio servicio con el Puente de Piedra, de mayor envergadura, al fondo.

En su función de político e historiador, Miguel Ángel Mateos promovió aquella moción que, por el momento no ha tenido efecto. Las medidas para poner en valor las ruinas deberían ir acompañadas de la oportuna señalización. No en vano, la falta de datos visibles junto al conglomerado de piedras permiten, todavía hoy, confundir el puente con uno romano, muy anterior.