-¿Se pregunta muchas veces "qué haría mi padre ante algo así"?

-Constantemente. Falleció muy joven y con muchos proyectos pendientes. Es una fuente de inspiración constante para mí y también para la fundación.

-¿Pesa mucho ser su hija?

-Todo lo contrario, ser su hija da alas. Es una oportunidad maravillosa para que te escuchen.

-¿Cómo era él?

-Una persona vital y toda su vida era una aventura. Mis abuelos no le escolarizaron hasta los nueve años, pero había un ambiente muy culto en casa. Esos años en un pueblo de Burgos le forjaron muy fuerte a mi padre. Tuvo una infancia libre y pronto entendió que somos naturaleza pensante.

-Sus programas televisivos marcaron a varias generaciones. ¿Se ha planteado continuar ese apartado de la trayectoria de su padre?

-Mi verdadera pasión es hacer el día de mañana programas para la televisión, pero no de la misma manera que él, sino detrás de la cámara. Elegiría contenidos diferentes, con temas más globales. Me encantaría contar también cómo funcionan los sistemas vivos.