Lleva casi dos décadas entre cámaras y focos, pero su vocación sigue "intacta". Jambrina se asentó hace cinco años en el vivero con su negocio de fotografía, vídeo y audiovisuales. Lo mejor de su trabajo es "meterte dentro de muchas empresas y ver otras formas de trabajo, además de la satisfacción personal cuando sale un buen proyecto que ayudas a difundir". ¿Lo peor? Lo tiene claro: "Estar siempre con el móvil encendido, nunca desconectas".