Emanuel Fernández, hijo de emigrantes zamoranos de Granja de Moreruela se considera parisino. Tiene la consultoría para la que trabaja en la rue Charonne,la misma donde se produjo la matanza de la discoteca Bataclan, un lugar que en los años 60 y 70 era lugar de encuentro para los emigrantes españoles. Como casi todos los viernes salir de trabajar acudió a un bar cercano a la sala de fiestas y se encontró atrapado hasta la madrugada, recluido junto a otras 60 personas, todas ellas golpeadas por el pánico cuando se desató el ataque terrorista.

En una entrevista concedida a LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA,Emanuel narra cómo, en plena confusión y ruidos de sirenas, llegó a pensar en que los asesinos podrían también entrar al lugar donde estaban refugiados, que alguno del resto de clientes fuera otro yihaddista dispuesto a matar a sangre fría. Este es el anticipo del testimonio que los lectores de LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA podrán leer en la edición de papel de este domingo.