Las tarifas que usan los pequeños consumidores -principalmente viviendas, aunque también algunos negocios- pueden suponer que "haya consumidores que paguen por un servicio que no precisan". Las tarifas 2.0A, 2.0DHA, 2.0DHS o 2.1A tienen "un gasto fijo por potencia contratada, pero resulta evidente que muy buena parte de las más de 1,4 millones de viviendas y oficinas en Castilla y León con 2.0A están pagando mucho dinero por una potencia que no precisan". Esto se "podría evitar bajando las condiciones del contrato y empleando sencillas reglas sobre el uso simultáneo de electrodomésticos". En este sentido, "hay que recordar que entre febrero de 2013 y el mismo mes de 2014 la parte fija de la factura de la luz se duplicó y gran parte del coste se debe a la potencia contratada".

Sin embargo, es complicado cuantificar este apartado. De vuelta al apartado empresarial, el informe deja claro que Zamora se encuentra lejos de las provincias más perjudicadas por esta situación. Por ejemplo, en Burgos, donde hay más de 7.570 contratos 3.0 entre compañías eléctricas y empresarios, el "desfase" podría superar los 1,25 millones de euros. En León la diferencia entre potencia disfrutada y contratada ascendería a 1,4 millones y en Salamanca a 1,07.