Descendiente de San Vitero, de donde son sus abuelos, la joven Macarena Rodríguez es la nueva reina de la Primavera del Centro Zamorano de Buenos Aires. Por delante tiene un reinado que le llevará a representar a la provincia en diferentes eventos.

-¿Qué significa ser la reina de la primavera en el Centro Zamorano?

-Me enorgullece y me llena de alegría ya que mis abuelos María y José, se emocionan mucho al verme vestida con el traje típico y conmemorando sus raíces.

-¿Cuáles serán sus funciones durante su reinado?

-Representar en los eventos al Centro Zamorano y poder ayudarlos en todo lo que esté a mi alcance.

-¿Cómo decidió presentarse a este concurso del Centro Zamorano?

-Néstor Seijas, vicepresidente del centro, me lo comentó hace unos meses en uno de los almuerzos que fui con mi familia. Al principio, no sabía que hacer, ya que me daba vergüenza, pero luego accedí tras pensarlo, como un halago y agasajo para con mis abuelos.

-¿Cuáles son sus raíces zamoranas?

-Mis abuelos nacieron en San Vitero, se casaron y vinieron a la Argentina jóvenes. Primero llegó mi abuelo José con el hermano de mi abuela y luego de escribirse varios meses por carta, vino ella. Hoy en día todavía viven en el pueblo varios familiares, con quienes tengo contacto gracias a las redes sociales y a Internet, lo que hace que nos sintamos más cerca a pesar de las distancias. -¿Cómo mantienen vivos los recuerdos zamoranos en casa?

-Tanto en mi casa como en la de mis abuelos y de mi tía hay muchos recuerdos que se fueron trayendo de los viajes que hicieron a España. El que más me gusta y me emociona son las llaves de hierro que tiene mi abuela de la casa donde ella vivía cuando era chica junto a sus hermanos. Hoy en día están en un marco de madera y quedaron hermosas. Además también tienen un cuadro con una foto de la vista aérea de San Vitero que me encanta. Cada vez que lo veo intento buscar las casas donde viven mis familiares.

-¿Qué es lo que más recuerda su familia de Zamora?

-Siempre se habla de cómo vivían y las fiestas que hacían. También de las horas que pasaban en el prado junto a los animales.

-¿Ha estado en Zamora?

-Tuve la suerte de poder ir en el año 2013 por el programa Raíces que organiza la Diputación. Además de visitar a mis familiares y otros pueblos donde mis compañeros también tenían familia, fui a Salamanca, Madrid y Barcelona. Zamora me encantó porque es una ciudad que tiene mucha historia y porque cuando estaba ahí iba recordando todo lo que me habían contado los que fueron. Pude estar además con personas del programa Añoranza que no volvían a su país natal hacía más de 40 años.

-¿Qué opina de este tipo de programas para los emigrantes?

-Me parece fabuloso que los tengan en cuenta a pesar de los momentos que se viven. Me encantó poder ver cómo se reencontraban con sus hermanos y demás familia. Mi estancia en San Vitero fue muy emocionante, ya que pude conocer a los familiares que no conocía personalmente. Pero, por todo lo que me habían contado, cuando los vi parecía que teníamos una relación de toda la vida. Recorrí lugares como la casa donde vivía mi abuela, las fincas que tienen sus hermanos y otros lugares que me habían contado. No podía creer estar ahí. Cuando llegó el día de irme tenía una tristeza inmensa, ya que no sabía si iba a poder volver nuevamente. Esto me hizo pensar en lo duro que es para alguien que deja su país donde tiene sus hermanos y vivió toda su infancia, como mis abuelos. Espero poder volver pronto ya que cada día que pasa más ganas tengo de regresar.

-¿Desde cuándo es miembro del Centro Zamorano de Buenos Aires?

-Hace varios años que voy junto a mis abuelos y mi tío. Siempre vamos a los almuerzos que realizan por las diferentes festividades y me encanta poder compartir esos momentos juntos, ya que veo la felicidad que les genera que esté ahí y conozca sus raíces. Después del viaje lo disfruto mucho más, ya que ahora soy consciente del desarraigo que vivieron toda su vida. El centro hace que uno se sienta más cerca a pesar de las distancias.

-¿Qué le parece la misión que el centro tiene con los descendientes de zamoranos?

-Me parece increíble que haya un lugar así porque el desarraigo que vive día a día la gente que emigró a otro país, dejando a su familia, es muy fuerte. El Centro Zamorano hace feliz a muchos españoles que están radicados en Argentina hace mucho tiempo y no tuvieron la posibilidad de volver. También a sus descendientes que, por todo lo que te cuentan, valoran y aprecian de la misma forma que un nacido en España, cuando ni siquiera la conoce.

-¿De qué se siente más orgullosa de sus raíces?

-Me siento orgullosa de María Lorenzo y José Rodríguez, mis abuelos, quienes, buscando un futuro mejor, vinieron a otro país y trabajaron duro para hoy tener todo lo que tienen y poder volver a visitar a su familia que dejaban en sus tierras.