—¿No cree que IU haya podido arrancar votos entre los descontentos del PP?

—Yo creo que el problema del PP ha sido la abstención por el enfado con el partido por las medidas que se ha visto obligado a tomar el Gobierno, por los casos de corrupción. Pero lo que tiene IU es muchos voto prestados del PSOE más la capitalización del movimiento de Podemos que no concurría a las elecciones.

—¿Imaginó alguna vez que ese mismo Guarido que fue su látigo en la oposición acabaría ocupando el mismo cargo que dejó usted, la Alcaldía de la capital?

—Si me lo dicen hace 16 años, cuando comenzó como concejal, pues…Sí, claro, es una sorpresa. Pero así es la política, gana quien obtiene la confianza de los ciudadanos y en este caso, IU ganó también el apoyo del PSOE a través de un pacto de perdedores. Porque quien ganó las elecciones fue el PP. Si se hubiera respetado que gobierne el más votado, Clara San Damián sería hoy la alcaldesa de Zamora.

—Pasó del Ayuntamiento al Parlamento, cargos que son los más cuestionados por los ciudadanos, que entienden que, muchas veces, los intereses del partido se anteponen al de la provincia que representan y que, además, cobran sustanciosos sueldos por ello.

—Esas críticas son injustificadas. Y no cobramos tanto como se dice, unos 4.200 euros con todos los conceptos, en mi caso, teniendo en cuenta que tienes que permanecer Madrid y cubrir los gastos de estancia y manutención. Con eso no digo que no estemos bien pagados, Pero es algo que se magnifica. En el Congreso y en el Senado se trabaja y se trabaja mucho. Esta legislatura ha sido de gran actividad. Es fácil criticar cuando aparecen imágenes de las cámaras vacías, pero los diputados y senadores están trabajando, en comisiones, en sus despachos, preparando intervenciones. Han sido más de 200 leyes las aprobadas en la que, posiblemente, sea la actividad legislativa más intensa de toda la etapa democrática. Otra cosa es que pueda enervar a los ciudadanos las situaciones de corrupción, o las actuaciones no siempre afortunadas de determinados cargos. Yo entiendo perfectamente que, además, sea más difícil de entender por parte de esos millones de personas que aún están en el paro. No podemos estar satisfechos de la legislatura mientras eso no se corrija, pero creo que estamos en el camino.

—¿Contra la corrupción, que ha afectado especialmente al partido en el Gobierno ha faltado mano dura?

—La corrupción ha salpicado a todos los partidos. No se ha legislado hasta ahora para arbitrar medidas que eviten esa tentación humana deleznable de utilización de fondos públicos. Sí, claro que nos ha afectado, el caso Gurtel todavía está sin resolverse porque son casos cuya instrucción lleva mucho tiempo. Hay imputados, pero no se ha procesado a nadie. Los jueces tienen muy difícil su trabajo, el procedimiento es largo porque son casos muy complejos. Ahí tenemos también el caso de los ERES.

—¿Ha sentido en carne propia la desafección entre ciudadanos y políticos?

—En la calle yo sigo recibiendo muestras de afecto. Sigo notando el cariño. Cuando me dicen que cómo me gustaría que me recordaran en mi vida política siempre digo que por el cariño a la gente, no por ninguna obra. Pero sí, es verdad, la gente está muy disgustada.

—¿Qué siente cuando ve el agujero de la Universidad Laboral que tanto empeño tuvo en llevar adelante como nuevo teatro y centro de congresos?

—Fue empeño mío enseñarle a Herrera las posibilidades de ese magnífico edificio. La crisis ha dejado aparcado el proyecto, como tantos otros, en esta etapa resultado de ocho años de mala gestión de Zapatero y otros cuatro de crisis intensísima.

—Usted se llegó a enfrentar con el aparato oficial del PP en Zamora, aunque luego recondujo la situación y acabó como cabeza de lista al Congreso. ¿El reencuentro fue producto de cambios en el funcionamiento del partido, como entonces reclamaba?

—Los partidos son algo vivo, si existe insatisfacción se evidencia en las personas que chocan por las diferencias que puedan existir internamente. Aquello no fue una crisis, se recondujo y mantengo una excelente relación con todos los integrantes del partido.

—¿Detecta nerviosismo e inquietud por lo que pueda ocurrir el 20-D?

—Lo que hay es una evidencia de que debemos seguir trabajando y hacer una buena campaña para hacer llegar a la ciudadanía que esa recuperación está en camino, que hemos podido sortear el rescate de Europa porque Rajoy aguantó. Un rescate hubiera dejado a Zamora sin las grandes inversiones en el AVE y en las autovías. No hubiera habido ajustes, sino recortes, como en otros países, donde las pensiones se han bajado un 10 ó u 15%. El PP ha dado la vuelta a toda esta situación, la tendencia es el crecimiento. Con la diferencia de que antes para crear empleo había que crecer un mínimo del 2,5%. Hoy, con la reforma estructural realizada, se crea empleo a partir del 0,5%.

—¿Qué opina de la propuesta del PP de Castilla y León sobre la elección abierta de candidatos?

—Ese es un tema candente sobre el que seguramente se volverá después del período electoral. Son iniciativas que pueden contribuir a modernizar las estructuras del partido, aunque lo cierto es que esto de las primarias no siempre da buenos resultados. Hay ejemplos recientes. Pero es complicado ¿eh? Eso de presentarte ante tus compañeros y encontrarte con la posibilidad de que no te voten, que te digan que no te quieren. Es duro.