En pareja, en familia, acompañados por los nietos e hijos o en solitario -los menos- los zamoranos aprovecharon el buen tiempo del Día de Todos los Santos para cumplir con una tradición que ni las nubes que se fueron haciendo más grandes y grises según avanzaba la jornada ni Halloween podrá erradicar del sentir popular.

Se trata de una costumbre que por unos días anima uno de los lugares más silenciosos de la capital y, sobre todo, lo llena de color. Unos colores que cada año son más variados gracias a la variedad ornamental y que van de la sencilla pareja de claveles en amarillo y rojo, atados por cordeles de los mismos colores, acordes con la bandera de España, que reposan sobre las discretas tumbas militares, hasta los enormes centros de flores con rosas , lirios, orquídeas o narcisos. Pocas son las lápidas que en estos días no poseen algún adorno. Incluso la zona de las sepulturas de beneficencia, aunque ni siquiera tengan losa de mármol.

La afluencia de gente es grande, pero el recogimiento se mantiene en San Atilano. El bullicio de la entrada, donde algunos entran a rezar a la capilla, otros se acercan para buscar la calle a la que tienen que acercarse para presentar sus respetos y la mayoría sigue el camino recto hacia la tumba de sus familiares, queda atrás y solo se oyen susurros.

A las puertas del camposanto, pocos eran ya los vendedores de flores que permanecían en sus puestos para ofrecer los ramos para adornar las lápidas del interior. Apostados allí desde el miércoles, y con precios más que populares -los zamoranos podían adquirir desde un modesto ramo de margaritas por tan solo tres euros hasta centros más elaborados por trece euros- los días previos habían sido muy fructíferos y apenas les quedaba ya producto.

A pesar de las recomendaciones municipales de utilizar el autobús urbano para acercarse al cementerio, ayer al mediodía, hora punta para esta tradicional visita, eran numerosos los vehículos que circulaban por la calle Salamanca y que se estacionaban en las inmediaciones de esta zona, incluido el aparcamiento del estadio Ruta de la Plata. Una circulación que fue fluida y sin incidentes gracias a la regulación del tráfico realizada por los agentes de la Policía Municipal.

El cementerio también estará abierto hoy en horario especial, de 9.00 a 19.00 horas. Además de las misas especiales en la capilla del camposanto, a las 11.00, 12.00 y 17.30 horas, tendrá lugar la tradicional procesión de difuntos, a las 20.15 horas, aunque con una alta previsión de lluvia durante toda la jornada. Organizada por la Cofradía de las Ánimas de San Atilano, comenzará con el rezo del santo rosario mientras se recorre toda la zona y bajo la tutela del capellán Emilio Santiago Lorenzo, acompañados por la figura del Santo Cristo del Perdón para ofrecer un último recuerdo a los que descansan en este camposanto.