Con una sorprendente agilidad, sin que los empleados tengan tiempo a reaccionar al no ver las huchas en los mostradores. Desde hace más de un mes un individuo se dedica a entrar en los establecimientos colaboradores con la causa de la niña zamorana Sara Gato, con síndrome de Sprengel, que tienen en sus mostradores huchas de ayuda, para hacerse con ellas. Los hechos ya han sido puestos en conocimiento de la Policía Nacional a través de una denuncia interpuesta por el propio padre de la niña, Víctor Gato.

Al menos tres farmacias de la capital, además de un bar próximo a la Plaza Mayor y una papelería del centro han sido "víctimas" de estos hechos en las últimas semanas. El hombre suele actuar por la mañana y esta misma semana lo hacía en una farmacia ubicada en la calle Polvorín. "Entró al mediodía y salió rápidamente, por lo que pensamos que se había equivocado. No nos dimos cuenta del robo hasta diez minutos después", explica el farmacéutico.

En otras ocasiones, el individuo aprovecha la aglomeración de gente en el negocio para conseguir su botín. "Unos clientes metieron una cantidad importante de dinero y comentamos en alto que debíamos retirar la hucha porque ya estaba llena. Al día siguiente mi compañera me comentó que si lo había hecho, pues ya no estaba en el mostrador. Y yo creía que había sido ella porque tampoco la veía allí. Alguien la había robado el día anterior mientras seguíamos atendiendo a los clientes", apunta otro farmacéutico, quien asegura que se llevaron "un disgusto tremendo", porque "mucha gente se está volcando con el caso de Sara Gato".

Otro compañero, en cuya farmacia también entró a robar la hucha, apunta que en su caso el delito se produjo un sábado por la mañana, mientras estaban en la trastienda de la farmacia a recoger algún medicamento. "Se la llevó sin que nos diéramos cuenta", lamenta.

En lo que sí coinciden todas estas personas es en que, de algún modo, sabe que la hucha está llena, porque en todas las ocasiones se la ha llevado casi repleta de billetes y monedas.

En el caso de la papelería donde también logró su objetivo, el gerente asegura que accedió al local "de forma tranquila, entrando cerca de las dos de la tarde, cuando los empleados están ya recogiendo para cerrar y abandonan más fácilmente su puesto de trabajo".

Mientras continúan las investigaciones para atrapar al sospechoso, algunos ya han optado por tomar sus propias medidas de seguridad, bien pegando la hucha al mostrador -algo que ni siquiera sirvió en el caso del último robo en una farmacia-, bien atándola con una cadena.

En Zamora existen cerca de 120 establecimientos colaboradores con esta iniciativa solidaria, a la que también se han unido negocios del resto de la provincia. Toda la información para aportar cualquier donación está en la web www.saragato.es.