Ni un paso atrás más. El alcalde de Rosinos de la Requejada, Ángel Prada Barrios, no está dispuesto a renunciar a su acta como diputado provincial porque "soy inocente y hacerlo sería reconocer que soy culpable de algo". El diputado por la comarca de Sanabria, imputado por un presunto caso de prevaricación, asume que "no quiero perjudicar en nada al partido", de ahí que el pasado martes renunciara a todos los cargos que ocupa en la institución provincial por delegación de la presidencia, pero manteniendo su escaño como diputado. "Yo he sido hasta el martes afiliado y miembro del comité ejecutivo provincial, pero lo he dejado todo porque no quiero perjudicar bajo ningún concepto al partido". Por el contrario, se aferra a sus cargos como alcalde de Rosinos y como diputado provincial porque "entiendo que dimitir sería como reconocer que de lo que me están acusando es verdad y yo estoy muy tranquilo al respecto".

El diputado hace así referencia al proceso judicial en el que está inmerso, que le llevaría a enfrentarse hasta a diez años de inhabilitación de cargo público. No obstante, Prada no contempla esta opción, de hecho, baraja la posibilidad de dejar esos dos puestos -el de diputado y el de alcalde-, "al día siguiente de salir absuelto o de que se archive el caso". Con respecto al proceso legal en sí, matiza una y otra vez que "hablamos de un acto administrativo, no de un acto de corrupción, y yo eso lo condeno tanto en otros partidos como en el mío propio".

La renuncia al cargo de diputado es una responsabilidad en exclusiva del diputado, de modo que ni el presidente del partido provincial, Fernando Martínez Maíllo, ni la propia presidenta de la Diputación Provincial, Mayte Martín Pozo, pueden cesarle ni adoptar ninguna otra medida que pueda conducir a su salida de la institución. El propio Ángel Prada lo reconoce: "Retirar el acta de diputado es cosa mía y la decisión ya está tomada, yo no tengo por qué guardar disciplinas de partido ya".

Ante la solicitud planteada por el diputado provincial de pasar al grupo mixto, "no cabría esta posibilidad puesto que tendría que continuar o bien en el grupo popular o pasar al grupo no adscrito", puntualiza el portavoz de la Diputación Provincial, Aurelio Tomás. Ante la imposibilidad de acatar esta solicitud, "el secretario general pedirá aclaraciones al diputado para determinar en cuál de las dos situaciones queda para luego tomar los acuerdos pertinentes en vista de lo que solicite el diputado", añade Tomás.

Su deseo de pasar a ser representante no adscrito es un hecho, lo que le llevaría únicamente a participar en las sesiones plenarias. Esa situación conduce de cabeza al Partido Popular a perder su mayoría absoluta al pasar de trece a doce diputados en el arco provincial. Sin embargo, la decisión no hará tambalear los acuerdos plenarios si se tiene en cuenta que Prada deja muy claro que "seguiré votando con los del PP". Se define a sí mismo como "un hombre de palabra y, aunque me equivoque, yo cumpliré por encima de todo", dice con convicción.

La nueva situación en la que queda la Diputación ha sacudido a la institución y, en particular, al grupo popular, que afronta una situación doblemente incómoda: por un lado, por el trastorno que supone a nivel orgánico dejar de contar con un diputado del PP al frente de varias comisiones y, por otro, por la nada cómoda situación de tener entre sus filas a un imputado.