Desde junio, el zamorano Fernando Martínez Maíllo ocupa la Vicesecretaría General del PP. Su nombramiento demostró el aval del presidente Rajoy hasta auparlo al número 3 del partido. Pasa gran parte del tiempo en Madrid, en un despacho en el que una figura de un cofrade del Yacente y la maqueta de la Colegiata de Toro son testigos silenciosos de lo que se cuece en las bambalinas de Génova, 20. El zamorano ocupa la cuarta planta, "a la derecha y a la derecha", indican en recepción.

-¿Se ve Zamora desde la cuarta planta de Génova, 20?

-No es que la vea, la tengo presente, llevo a gala ser un político de provincias, es lo primero que digo cuando voy a cualquier sitio. Zamora está presente en mi despacho, en mi vida, en mi forma de ser. Me conocen como "el zamorano", y me siento orgulloso de ello. Yo procedo del terruño, conozco los problemas del día a día y por tanto, esa perspectiva de lo local me resulta más cotidiana que a otras personas. Tengo la visión local, de lo concreto y de una provincia pequeña, no muy conocida, pero he puesto la seña bermeja en el mástil de Génova.

- Sus mandatos como presidente del PP en Zamora se han distinguido por la ausencia de divergencias de cara al exterior. ¿Podrá mantenerlo así a 250 kilómetros de distancia?

- De momento sí porque estoy yendo a Zamora prácticamente todas las semanas. Es raro el día que no hablo con tres o cuatro dirigentes provinciales. Lo que vaya a ocurrir en el futuro es algo que no se puede prever, porque hay que pasar unas elecciones generales y un proceso congresual a niveles nacional, regional y provincial. Hablamos de un plazo de más de un año. Por ahora, lo más razonable es mantener esa situación. Desde el propio seno del partido estiman que ello contribuye a la estabilidad de la formación. Mi compromiso con Zamora va más allá de la presidencia del partido, es un compromiso de presente y de futuro. Es bueno que Zamora tenga presencia en Madrid, llámese como se llame la persona y proceda del partido que proceda.

-¿Quién es su número 2 teniendo en cuenta que el secretario provincial es un hombre en la línea de Herrera, uno de los barones que más encontronazos ha tenido con el Gobierno?

-Pues el secretario provincial es Alberto Castro, ¿no? Y luego, la presidenta de la Diputación es Mayte Martín Pozo. Pero yo sigo siendo el presidente, sigo atendiendo las llamadas y, de hecho, me llama la gente. No hay por qué elegir entre papá y mamá.

-¿Sigue mandando "desde la sombra" en la Diputación?

-No, eso es terriblemente injusto con Mayte Martín Pozo. Lo que ocurre es que he estado doce años allí y los proyectos continúan aunque uno se marche, muchos impulsados en esos años como el Ramos Carrión, Las Edades del Hombre o la Reserva de la Biosfera. Pero le puedo asegurar que Mayte Martín Pozo es la presidenta y lo ejerce con mucha fortaleza. Creo que el relevo ha sido perfecto y que está sorprendiendo gratamente a muchas personas. Es una mujer de carácter, algo necesario para estar al frente de la institución y con su propia impronta, que es distinta a la mía.

-Martín Pozo hasta ahora, nunca había estado en "primera línea". ¿No temió suspicacias?

-Mayte ha seguido exactamente los mismos pasos que yo. Mayte era suplente al Congreso como lo fui yo. Las mismas dudas podría haber generado yo. Sobre ella jamás he tenido ninguna. Ella fue en las listas por Piedrahíta de Castro como concejala porque yo se lo pedí y porque ya entonces tenía claro que ella sería mi sustituta. Yo sabía hace tiempo que mi etapa en la Diputación se estaba agotando, dentro de los grandes proyectos yo había dado todo lo posible, con aciertos y con errores, pero tenía que dar un paso adelante. No sabía hacia donde, porque jamás pedí ser vicesecretario, pero era evidente que mi tiempo en la Diputación tenía un límite después de doce años y por eso pensé en mi sustitución, prefiero esa palabra a sucesión. Siempre pensé en ella, y creo que no me he equivocado. Y así lo cree la mayoría en el partido, aunque, claro, habrá para todos los gustos.

-¿También piensa en ella para la sustitución en la presidencia del partido?

-No tiene por qué, pero Mayte Martín Pozo es y va a ser una de las personas más importantes en el futuro del PP de Zamora.

-¿Será cabeza de lista?

-Sería un orgullo ser cabeza de lista por Zamora. Pero de listas todavía no hablamos. Lo que puedo decir es que, habrá una parte de renovación y una parte de experiencia. Siempre ha sido así.

-¿Clara San Damián es renovación en ese supuesto?

-Clara San Damián es una política de primera división y cuento con ella. Ganamos las elecciones municipales, pero Clara recibió un castigo que no iba dirigido a ella. Tiene un gran bagaje y un gran futuro, ¿hacia dónde? No lo sé.

-¿Vázquez y Sedano han amortizado su paso por el Parlamento?

-Esa es una reflexión que deben hacer ellos. No podemos hablar aún de nombres concretos.

-Usted que se proclama antipactos, es alcalde de Casaseca mediante un pacto con IU.

-No me apoyaron. Las concejalas de IU se abstuvieron y el PSOE votó a IU. Yo no negocié nada. ¿Cree usted que yo me senté con Laura Rivera o IU?

-¿Y con esas concejalas usted o alguien cercano a usted habló?

-Una cosa es hablar, que yo hablé con todo el mundo, y otra pactar. Nunca pacté, no hay cogobierno. Ellas hicieron lo que quisieron. Y ahora todas las cuestiones se están votando por unanimidad. Dicho esto, comparar Casaseca con Madrid o Barcelona resulta exagerado. Es más, la candidatura de IU en Casaseca estaba formada por independientes que fueron en la lista del PP del anterior alcalde. Los pueblos son distintos, hay que conocer su realidad.

-¿Cómo valora la gestión del nuevo alcalde de IU en Zamora, Francisco Guarido?

-Tengo que reconocer que cuando pasó lo que pasó para el PP fue un mal momento, quizá el peor momento de su historia en Zamora, fue doloroso, pero el luto ya pasó. El alcalde no ha asumido su papel y que tenemos al jefe de la oposición al frente de la Casa de las Panaderas, transformada en el Soviet Supremo, defendiendo al régimen de Venezuela. Más que a construir se dedica a una crítica permanente de lo que hacía el PP. En Zamora existe una cosa que se llama sede vacante. Un problema muy grave, porque no hay proyecto de ciudad. Al PP le costó aceptar estar en la oposición habiendo ganado, pero cumple perfectamente. Y es la única, en vista de cómo actúa Ciudadanos felicitando a Guarido. El alcalde critica que la presidenta de la Diputación se reúna con la ministra de Fomento: ¿Le ha pedido él reunirse? ¿Ha solicitado fondos para remodelar el Mercado? Más trabajar y menos quejarse.

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