La próxima entrada en servicio de la línea de alta velocidad entre Olmedo y Zamora permite quemar etapas hasta el objetivo final, que la "isla" en la que ahora mismo está convertido el AVE gallego pueda tener su conexión con el resto de España. Son en torno a 220 kilómetros los que restan para que la conexión de la alta velocidad con Galicia sea una realidad y puedan circular por las vías zamoranas los verdaderos trenes AVE, los que alcanzan velocidades de hasta 350 kilómetros hora. Hasta que llegue ese día, el Alvia híbrido es el único tren capaz de compaginar los tramos convencionales y los de alta velocidad.

El trazado de alta velocidad parte de la línea Madrid-Segovia-Valladolid, que en Olmedo tiene el desvío hacia Galicia. En breve plazo, aproximadamente un mes, quizá algo más, la línea de alta velocidad entrará en servicio hacia Zamora, que son 99 kilómetros. Quedan aún 220 hasta Galicia. Tal y como anunció la ministra de Fomento, Ana Pastor, el año que viene está previsto que la línea de alta velocidad esté en servicio hasta Pedralba de la Pradería. La ministra dijo que son 130 kilómetros, pero eso es la distancia hasta Lubián, mientras que la entrada en servicio del próximo tramo será hasta el cambiador de ancho de Pedralba de la Pradería, que está un poco antes, aproximadamente a 113 kilómetros de Zamora. Eso será en 2017, fecha que en principio parece factible de conseguir, ya que la plataforma está muy avanzada e incluso licitados los trabajos para la base de montaje de La Hiniesta y el suministro de balasto (la piedra en la que se sustenta la vía), las traviesas y el carril.

Desde Pedralba todavía quedan 106 kilómetros hasta llegar a Orense capital, que es el punto de enlace con todo el entramado del AVE gallego. De la dificultad orográfica de esta zona habla bien a las claras la división en tramos, nada menos que quince, muchos de ellos túneles, como el de Padornelo y la Canda en la provincia de Zamora. El reto es que en 2018 todos estos tramos estén completamente terminados y listos para entrar en servicio. Junto con otro punto problemático, el de la entrada en la ciudad de Orense, un pequeño pero muy controvertido tramo que ha dado más de un dolor de cabeza a ingenieros y políticos.

El AVE gallego tiene también una particularidad: que circula por vías de ancho ibérico. Eso sí, tiene un sistema de traviesas concebido de tal forma que en el momento oportuno se puedan adapta con facilidad al ancho de vía internacional, el que tiene la alta velocidad que llega desde Zamora. Sólo en ese momento podrán circular los trenes AVE, que no tienen posibilidad de cambiar el ancho de los ejes. Van a ser, seguramente, las disponibilidades económicas las que permitan conseguir que se cumplan los plazos y la alta velocidad a Galicia se complete en 2008, algo fundamental para que Zamora tenga, de verdad, un AVE en todo su desarrollo.