El marasmo crediticio persiste y puede poner en riesgo la incipiente recuperación que reflejan las cifras macro económicas que emanan de los informes elaborados por los organismos oficiales. La inversión crediticia del sistema financiero en Castilla y León se situó al cierre del primer semestre del año en 51.683 millones de euros, lo que supone un descenso del 6,4% (3.566 millones menos) respecto a las cifras del 2014, informa Ical. Los créditos han descendido constantemente desde 2010 en la Comunidad, y sitúan la cantidad inyectada por los bancos a junio de 2015 en niveles de hace una década, según la información de que dispone en su base de datos la Junta. En Zamora la situación es similar, con 2.587,9 millones en créditos a fecha del segundo trimestre, lo que supone un descenso del 6,5%.

Los depósitos, de acuerdo al análisis de la serie histórica a mediados de cada año, iniciaron una tendencia creciente en 2012, pero han vuelto a descender, en 2015, en concreto un 1,4% (972 millones menos), hasta los 65.129 millones de euros. En Zamora, sin embargo, los depósitos no solo aguantan, sino que experimentan un ligero aumento del 1%, hasta los 4.715,3 millones. Solamente Palencia y León presentan, como Zamora, se salvan de los números rojos, y Valladolid se mantiene a cero.

Zamora es la segunda provincia de la Comunidad donde la diferencia entre depósitos y créditos es mayor, nada menos que 2.127,4 millones de euros, cantidad solo superada por los 3.952,2 de León. Solamente en Valladolid se da una situación diferente a la del resto de la Comunidad, es decir, el volumen del crédito supera al de ahorro, los depósitos, con una diferencia de 1.698,5 millones de euros.

Castilla y León retornó a su condición de autonomía ahorradora en el segundo trimestre de 2013, cuando los depósitos superaron a los créditos en 6.204 millones, algo que no ocurría desde el año 2004. La tendencia se ha acentuado este ejercicio, y se ha alcanzado el máximo histórico de 13.446 millones de diferencia entre los depósitos y los créditos, una cuantía que servirá para financiar la actividad económica de otros territorios. Y son ya tres ejercicios consecutivos de más ahorro que inversión.