El franciscano Romualdo Fernández, de Figueruela de Abajo, es el único misionero zamorano que ahora vive en una situación de peligro por su labor de transmisión de la fe en Damasco, explicó ayer el delegado diocesano de Misiones, David Villalón quien apuntó que todavía sufren persecución aquellos misioneros que se encuentran en La India, Filipinas o en algunos países de África.

En estos momentos la diócesis cuenta con 160 misioneros, "una cifra que no aumenta desde los años 80". Se trata principalmente de mujeres con una edad media de unos 70 años que trabajan en América Latina y África, fundamentalmente, precisó el sacerdote con motivo de la presentación de la Jornada Mundial de las Misiones, Domund, que se celebra el domingo con el lema "Misiones de la misericordia". Villalón detalló que Zamora y Santander fueron las primeras diócesis donde se festejó el Domund en el año 1926. "La iglesia es misionera y transmisora de la fe", remarcó el delegado diocesano de Misiones que dijo que mañana sábado, a las 10.30 horas en San Andrés, habrá una eucaristía del envío donde se orará por las personas que colaboran en la cuestación dominical por las calles de Zamora.

Además, la diócesis de Zamora recaudó 74.954,03 euros la pasada celebración del Domund, lo que supone un aumento de casi el 10% con respecto a 2013, precisó la voluntaria diocesana, María Eugenia Martín, que afirmó: "Pese a la crisis los donativos ha aumentado gracias a la generosidad". La mayor partida procede de las parroquias, con 47.086,77 euros, mientras que 8.481,51 euros los donaron desde colegios y 8.357 euros, particulares; a lo que se unen los 1.392,73 procedentes de los intereses de herencias y 8.501,80 euros los aportaron desde residencias de la tercera edad, movimientos y asociaciones católicos o conventos de vida contemplativa.

Desde la delegación diocesana de Misiones aseguran que "en Zamora no se queda ni un euro, los donativos íntegros van a Madrid". La recaudación diocesana se ingresa a Obras Misioneras Pontificias de Madrid, desde donde se informa a Roma de la cantidad lograda. De manera paralela los misioneros remiten a Roma los proyectos para los que precisan financiación y finalmente Roma indica a España qué iniciativas financia.