Dicen que el movimiento de brazos de la escuela de danza cubana encierra el secreto del elegante aletear de los cisnes. Viengsay Valdés (La Habana, 1976), primera bailarina del Ballet Nacional de Cuba, formación que actúa hoy en el Teatro Principal de Zamora, es un brillante ejemplo de esa tradición artística, formada en su país, con actuaciones en grandes escenarios del ballet mundial

-¿Ser bailarina de la Escuela Cubana imprime carácter?

-Por supuesto, imprime el carácter propio de esa entidad, forjada desde las características propias de mi pueblo, y una de las cualidades que nos distingue a cubanos, y latinos en general, es la pasión que le imprimimos al baile, a la música, a todo cuanto hacemos pues no podemos evitarlo, viene en la sangre. Nunca somos mecánicos ejecutantes de nada, todo pasa por el corazón .

-Hay muchos bailarines y bailarinas de su país en otros países. ¿Por qué mantiene su vinculación al Ballet de Cuba?

-Porque me encanta La Habana, me encanta mi país, mi casa, compartir con mi familia y mis amigos. Me encantan mis teatros y sobre todo el público que me espera, que los llena y es capaz de viajar desde otras provincias, en camiones durante horas, para ver una función mía. Me gusta descansar mirando el mar e ir a la Escuela a tomar ensayos, junto a los maestros que un día fueron mis profesores. Enseñar a los adolescentes es una de las tareas más lindas que asumo con gusto. He podido estar un mes trabajando con el Ballet de Washington y regresar a mi casa, y medio mes en Sudáfrica y otro medio mes en Japón y volver a La Habana, también he sido invitada en festivales, concursos y galas en muchos países. He podido hacer una carrera internacional y luego de la jornada de trabajo retornar a casa.

-¿Cuándo interpretó por primera vez "El lago de los cisnes"? ¿Qué ha cambiado, desde entonces?

-El "pas de deux" de "El cisne negro" lo hice por primera vez recién graduada, con tan solo 18 años. He cambiado muchas cosas en la interpretación desde entonces, porque no he dejado de trabajar los roles, de leer, de ver teatro y cine, actuaciones magistrales de mujeres bondadosas y de otras perversas. Nunca he sido conformista, y en más de una ocasión tomaba mis vídeos para verlos junto a grandes maestros, como por ejemplo Fernando Alonso y que me aconsejara cómo hacerlo mejor. No he dejado de consultar maestros, de estudiarme a mí misma, de estudiar a otras intérpretes como la propia Alicia Alonso y he ido moldeando los personajes, no solo los de Lago, sino los de todos los clásicos.

-¿Cuál es su papel favorito del repertorio clásico?

-He interpretado la mayoría de los grandes clásicos. Kitri, el rol principal del ballet "Don Quijote", Carmen y Odette-Odile de "El lago de los cisnes" son mis preferidos, los he interpretado innumerables veces y cada vez me entrego como si fuera la primera vez.

-¿Qué papel juegan en la trayectoria de una bailarina las coreografías clásicas?

-Las coreografías del repertorio clásico sientan retos que la bailarina debe ir venciendo en pos de perfeccionar su técnica y madurar interpretativamente. Mientras más papeles una artista sea capaz de dominar, mayor será su versatilidad.

-¿Ha hecho en alguna ocasión danza contemporánea, le tienta?

-El repertorio clásico permite al bailarín tener una formación muy completa y a partir de ahí puede hacer neoclásico y danza contemporánea, lo que no ocurriría a la inversa, porque un bailarín que se mueve con un lenguaje corporal más libre le es mucho más difícil acoplarse a la técnica académica. Siempre he estado dispuesta y abierta a experimentar nuevas propuestas, es un trabajo diferente y es difícil al principio adaptarse, pero hace más interesante la carrera.

-Describa cómo es una de sus jornadas de trabajo.

-La clase ballet que es la fundamental para empezar el día y preparar los músculos y la práctica de los pasos es a las nueve de la mañana hasta las 10.30. Luego, dependiendo de los ensayos de los ballets de la temporada, pueden ser tres horas o más durante la mañana o la tarde. Yo suelo hacer ejercicios extras con mi preparador físico Miguel Capote y luego vuelvo a casa a descansar y comparto ese tiempo con mi madre y mi maravilloso esposo y trato de recuperarme con una buena hidratación y alimentación.

-¿Por qué España exporta tantos bailarines y coreógrafos y sigue sin tener una buena base?

-Porque la danza carece de apoyo gubernamental, eso más que necesario resulta imprescindible para asentar un sistema de enseñanza artística que produzca bailarines con un nivel más o menos parejo y que luego ellos nutran una compañía.

-¿Cómo ve el cambio en las relaciones entre Cuba y Estados Unidos?

-Muy positivo, en primer lugar para las familias, y en segundo para la cultura, la sociedad y la economía cubana. Como muchos otros jóvenes cubanos lo veo con optimismo, con la esperanza de desarrollar más a mi país, necesitado de abrirse al mundo, y una oportunidad de aproximar los pueblos y las culturas.