El otro inquilino del piso en el que ocurrió la supuesta violación aseguró durante el juicio que el acusado "estaba obsesionado" con la presunta víctima y que "ella le había rechazado", apuntó la abogada de la defensa tras concluir la vista oral, celebrada a puerta cerrada. Una amiga de la denunciante y el marido testificaron en el mismo sentido. Fueron estas tres personas las que le ayudaron cuando la mujer pudo salir del cuarto y correr hasta el del otro compañero de piso gritando para pedir ayuda. En ese momento, el acusado "sujetaba la puerta de esa habitación para impedir que el otro inquilino pudiera abrirla para socorrerme", según declaró en el juicio. Llamó a su amiga, pero no podía articular palabra, "solo se le oía llorar", además, "el acusado le cortó el teléfono", apuntó la abogada de la mujer. Al instante, el marido de la testigo llamó por teléfono ese otro varón que vivía en la casa para que comprobara si la mujer estaba bien.

La Fiscalía y la acusación particular exigen a la Audiencia Provincial una sentencia condenatoria en la que, además de la cárcel, se le imponga una orden de alejamiento que durante siete años le impida aproximarse a menos de 250 metros de la mujer o comunicarse por cualquier medio con ella; y otros tantos años de libertad vigilada. Ambas medidas, de resultar culpable del delito, comenzarían a tener que aplicarse cuando el acusado saliera de prisión y hubiera cumplido esa parte de la condena.