España no es un país fácil para conseguir el asilo, apenas concede estatutos de refugiado a las personas desplazadas por guerras o hambruna, el año pasado apenas se concedieron el 5% de las peticiones. La protección efectiva tampoco es comparable a países del entorno, explicó en Zamora el experto en procedimiento de asilo y refugio, César M. Tocino.

-Frente a lo que puede creerse, en España no es nada fácil asilarse?

-Es complicado, hay varios sistemas normativos a tener en cuenta, ya no somos solo españoles, está la normativa europea y, si ya no se ponen de acuerdo los ministros en cómo se van a repartir los refugiados? El sistema normativo es complejo.

-Incluso, a veces, contradictorio, ¿no?

-Sí, en el propio seno de Europa, la jurisprudencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos no siempre coincide con la del Tribunal de Justicia Europeo, a veces, es contradictoria e incluso la normativa de uno y otro a la hora de interpretar, a veces, también.

-En España, ¿qué aspectos son más conflictivos a la hora de determinar si una persona puede asilarse?

-En España es más complejo, la Ley de Asilo es del año 2009, con un Reglamento pensado para la Ley de Asilo de 1984, con lo cual, de entrada, se pegan. Respecto al fondo, en 2014, los procedimientos de asilo solicitados en interior y en frontera fueron casi 6.000, pero solo casi 300 personas lograron el estatuto de refugiado. Sí que es cierto que, el año pasado, de forma extraordinaria, se concedió la protección subsidiar a mil (prevista para aquellos a los que se les deniega el estatuto de refugiado, pero se reconoce el riesgo que corren en su país). Es la primera vez que se conceden tantas.

-¿Quiere decirse que el número de refugiados que existe en España es pequeño?

-La protección subsidiaria escasamente alcanza el 50% de las solicitudes que se presentan en el interior del país; y, si sumamos las que se solicitan en frontera, no llega ni al 25%. Contrasta mucho con las que recibió Alemania, aunque el porcentaje es igual, en números nos superan por goleada.

-¿El escaso número de solicitudes es porque España no es un país atractivo para el refugiado o porque es más compleja la legislación que en Alemania?

-La legislación es casi, casi uniforme, porque la norma base es la Convención de Ginebra, de 1951, con el Protocolo de Nueva York, y la europea que regula el procedimiento de asilo son casi uniformes, con matices para todos los estados miembros. Pero la protección efectiva que se da al refugiado no es la misma en cada país, las prestaciones sociales que tienen en Alemania no son las mismas que existen en España.

-¿Aunque entre los españoles se haya extendido la creencia de que somos muy generosos con los refugiados?

-Lo normal es que la pensión que se le da es de 30 euros, más 10 euros por hijo, al mes. Es de lo que estamos hablando, salvo el que es entrenador deportivo?

-¿Esas informaciones que corren por las redes sociales de que se les dan piso gratis, 400 euros al mes, ayudas para escolarizar a los hijos, son bulos?

-No tienen nada que ver con la realidad, la mayoría de lo que corre por las redes sociales no se ajusta a la realidad en absoluto. Sí es verdad que por comunidades autónomas varían, no todas tienen las mismas prestaciones sociales, en la nuestra estamos a dos velas en ese sentido.

-¿Eso quiere decir que un refugiado o un asilado en España lo pasa muy mal?

-Solo tenemos que ver que en Alemania lo solicitan 200.000 y en España, si contamos los de frontera, 6.000 y, si no los contamos, 3.000. Quien viene escapando de la quema sabe dónde posiblemente puede tener más posibilidad de obtener el refugio y donde se va a poder sustentar medianamente hasta obtener un trabajo digno.

-¿Ser refugiado no es ningún chollo, los que lo solicitan no se encuentran con privilegios superiores a los nacionales, algo que tanto preocupa a la población española con la llegada de 30.000 sirios a España?

-En absoluto. Pensemos en nosotros mismos en la misma situación: tener que dejar atrás nuestra casa, nuestro entorno, nuestra tierra porque estamos en conflicto bélico o en una situación muy difícil..., pensar que lo que te vas a encontrar en el país al que llegues será un chollo?, yo creo que no. Si tengo que dejar lo mucho o lo poco que tengo atrás, pues no. Vengo huyendo de la muerte, cualquier cosa que reciba será bien recibida, pero lo dejo todo atrás.

"Somos causantes de la crisis humanitaria: se nos olvida que esos países fueron colonias"

-¿La crisis humanitaria es patente?

-Patente y global, sí.

-¿Afecta a todos los países, salvo a la isla de Europa y EE UU?

-Y afecta porque somos los causantes, cuando menos. En muchos casos, hemos estado antes en esos países de los que vienen huyendo, han sido colonias nuestras, pero parece que se nos olvida.

-Un mensaje para tanto alarmado por creer que los sirios u otros refugiados les quitarán el pan, que vienen a delinquir, a llevarnos por delante.

-Normalmente, el asilado, el refugiado es una persona que viene escapando del horror y, en todos los casos que yo he conocido, ninguno ha dado problemas, nunca. Es gente como nosotros, sorprendida por un conflicto bélico, que ha tenido que salir corriendo y dejando atrás todo. Así que, por la experiencia, el número de asilos que se revocan, que se puede cuando cometen un delito , es cero. En 21 años que llevo ejerciendo como abogado especialista en procedimientos de asilo y refugio no he conocido ninguno. No nos va a dar ningún problema. De los 15.000 o 30.000 que llegarán a España, no creo que superemos los 6.000 refugiados, siendo muy optimistas.

-¿Cómo encuentra a esas personas a las que asiste como abogado cuando llegan al país?

-Cuando ya han llegado al interior del país y ha pasado esa medio euforia por haber escapado de lo más duro, cuando se enfrentan a la solicitud de asilo, a la entrevista normalmente en comisaría, que es muy dura, muy larga, por recordar todo el calvario sufrido, se vienen abajo.

-¿Cuál es su estado de ánimo?

-Nos encontramos con el dolor en carne viva, con cómo les causa un auténtico trauma recordar, les ves con el pánico en los ojos. A algunos les da miedo bajar en las comisarías a hacerse las fotos para la documentación para solicitar el asilo, creen que les llevan al calabozo para pegarles y hay que explicarles que no, que se les lleva para hacerles las fotos. Hay que decirles "no tengas miedo que eres un solicitante de asilo, que ni estás detenido, ni nada, que has venido por tu propio pie".

-¿Qué perspectivas tienen?

-Se les va la euforia de haber escapado de lo más duro y llega la incertidumbre de no saber qué va a pasar, con qué se van a enfrentar.

"El temor a la muerte continúa latente durante tiempo en los asilados, se les ve la desesperación"

-¿El temor a la muerte continúa latente durante tiempo?

-Sí, se ve la desesperación y la dureza de lo vivido. De las asistencias que he hecho a lo largo de mi carrera como profesional, las más duras, sin duda, son las de asilo.

-Los refugiados que llegarán de Siria, ¿vendrán en condiciones límite, no solo económicas, sino psicológicas?

-Después del peregrinaje y del tiempo que va pasando, creo que sí. No soy nada optimista, no me espero nada bueno. Como abogados, lo primero es formarnos, tener las ideas claras y las armas legales a nuestro alcance.

-¿Todos los asilados vienen sin medios económicos o con muy pocos recursos?

-Con ninguno.

-¿Normalmente, quienes salen de esos países son los que tienen más recursos económicos?

-Hay de todo, interviene sobre todo la suerte. Siempre el que tiene más medios económicos tiene más suerte, está claro, pero la suerte es decisiva, suerte de que no se hunda la patera en la que vengo; suerte de que no sea mi grupo el interceptado en la frontera y que dé un paso atrás; suerte de estar en un grupo en el que me manden a un país donde tendré una acogida mejor que en otro. Hungría, por ejemplo, rechaza el 90% de las solicitudes de asilo que recibe; mientras que en los países del norte, Noruega o Finlandia, las admitidas superan el 70%.

-La imagen que se proyecta de la Hungría insolidaria y poco generosa, ¿hay que relativizarla cuando se es frontera o esos países son muy duros a la hora de acoger a asilados?

-España también es frontera Sur, también tenemos un problema, a lo mejor no tan serio o tan acuciante en este momento de pico como en Hungría, pero muy serio. ¿Quiénes son los insolidarios, ellos que no pueden más o nosotros que decimos "no, quédatelos tú, que yo estoy en el interior y a mí, salvo que me vengan por avión, no me van a tocar, no soy país frontera".

-¿Cómo se resolvería ese problema que tiene España?, ¿qué cauces de solución hay?

-Desde las instituciones es tan fácil como interviniendo en los países de procedencia, no en el sentido político, sino en el económico: la mayoría de los conflictos están provocados por el hambre, no por la política en sí. Si invertimos allí, posiblemente los conflictos terminen mucho antes, tendrán con mayor dificultad revoluciones y problemas internos. Si los países no las planifican, a lo mejor hay que ayudarles y evitar así que se produzcan estos conflictos y tantos millones de desplazados.

-¿Sería mucho más económico llevar a cabo ese tipo de actuaciones que acogerles y afrontar los gastos que conlleva?

-Si hablamos de economía monetaria, sin duda; y, si lo hacemos en economía humanitaria, ni te cuento.

-¿Por qué Europa sigue poniendo puertas al hambre?, algo imposible con los conflictos bélicos provocados con la venta de armas, por ejemplo.

-Los intereses económicos de Europa en los países del Tercer Mundo se me escapan, los entienden ellos.

-Y ahí está la clave, ¿no?

-Efectivamente, ahí esa es clave.

-Y tratar de impedir la huida del hambre y de la guerra es inútil...

-Es imposible poner puertas el hambre. ¿Qué más me da que me amenacen con penas de prisión como hacen Hungría u otros países? Rumanía ya consideraba delito la entrada o salida ilegal del país. Si entran 200.000 de repente, ya pueden ir preparando centros penitenciarios para meterles y, si me vengo huyendo de la muerte, ¿qué más me da que me metas en una prisión?, de momento, me libro de la muerte. Es poner puertas al campo, es inútil.

-¿No habrá solución si no se comienza a invertir y se deja que prosperen sus economías?

-Claro, hay que empezar a pensar en grande, es decir, en volúmenes de gente, de problemas. Antes al pensar en asilados, lo hacíamos en uno o dos, en un librepensador que ha escrito un libro, pobre hombre, viene solo o con su familia?, pero, cuando hablamos de un conflicto bélico, el volumen de desplazados es enorme y el de solicitudes de refugiado también, muy, muy serio. Incluso, ahora, con Siria, estamos hablando de un porcentaje bajísimo de refugiados, hay muchísimos más.

-¿Abocados a la muerte?

-Están abocados a salir como puedan, de manera irregular, en la peor de las condiciones, favoreciendo mafias, seguro, que con políticas tan restrictivas es lo que estamos provocando.

-¿Ahí hay un negocio que a nadie le interesa desmontar?

-Sin duda, no sé si a nadie, pero sí, sin duda, lo hay.