"Antonio es un hombre valiente, pero discreto". Así define José Agustín Hidalgo, regente del Hogar del Jubilado de Morales del Vino, a su amigo Antonio Campos, uno de los "ángeles de la guarda" de Rosa, la mujer brutalmente agredida el pasado lunes frente a un supermercado y que actualmente se recupera de las heridas sufridas. "Ha tenido que pasar por muchas situaciones límite, mucho más que la que vivió el lunes", explica José, quien suele ver a Antonio cada día en club de mayores, donde acude a comer siempre que puede.

El guardia civil retirado es "una persona agradable" que ha encontrado en el establecimiento a una segunda familia. "La Nochebuena la pasó con nosotros", apunta el responsable. Cuando el lunes, José fue a uno de los bares de la carretera de Zamora y le informaron de lo sucedido, no dudó en correr hacia el lugar para hablar con su amigo. "¿Qué te ha pasado?", le preguntó a Campos. "No le daba mayor importancia a la cuchillada a pesar del charco de sangre que había. Solo quería que se llevaran su coche de allí", explica el responsable del Hogar del Jubilado.

Desde que tuvo lugar el suceso, Antonio no ha vuelto a Morales del Vino. A Tránsito Peña, la mujer que contuvo al agresor antes de que Antonio llegara, los vecinos de la localidad la paran por la calle para preguntarle por su estado de salud después del "susto" por lo ocurrido. Acto seguido, uno tras otro, le dan la enhorabuena. "¡Valiente!", le dicen.

Darle la enhorabuena

En cambio, son muchos los que aguardan el regreso del ex guardia civil -quien se recupera de la cuchillada recibida en la espalda en la vivienda de un familiar en Zamora- para preguntarle por su actuación y darle la enhorabuena por su ejemplo. "Estoy satisfecho de lo que hice y volvería a actuar así hasta por un enemigo", se sincera.