Para llevar a cabo el nuevo mapa de ordenación y servicios, la Junta de Castilla y León ha tenido en cuenta dos criterios. El primero de ellos la población, ya que la Ley establece un mínimo de 5.000 habitantes y un máximo de 30.000 personas como población total. A través de esta premisa, se han creado 92 unidades básicas rurales. Y la segunda de ellas, se ha valorado la dispersión: que la unidad tenga una densidad menor de 15 habitantes por kilómetro cuadrado y al menos agrupe a cinco municipios, criterio utilizado en 77 casos.

A mayores de esta política y debido a peculiaridades en la actual composición del territorio de la comunidad autónoma, la Junta ha tenido que crear las unidades interprovinciales, formadas por municipios de dos provincias, además de siete casos excepcionales. En el primer caso aparecen dos localidades zamoranas, Vallesa de la Guareña y Cañizal, que se incorporarán al área salmantina de La Armuña Este. En lo referente a las excepciones, la provincia de Zamora contará con dos unidades que no cumplen los requisitos pero que finalmente sí se constituirán. Se trata de la Alta Sanabria, que cuenta únicamente con cuatro municipios pero cuenta con particularidades geográficas; y Benavente, que a pesar de no llegar a 20.000 habitantes podrá ser una unidad.