Resulta poco usual a fecha de 2015, cuando el fantasma de la burbuja inmobiliaria sobrevuela aún por la capital y pocas o ninguna zona se expande en Zamora, que haya que "dar a luz" a una nueva calle. Una calle hasta ahora denominada "el 1B del Camino de la Lobata" y que a partir de este momento pasará a denominarse "La Alamedilla", merced a un decreto firmado por la Alcaldía. El bautizo, sin embargo, no ha sentado del todo bien a los moradores, puesto que hay quien opina que este mero trámite complicará sobremanera sus vidas a partir de ahora: domiciliaciones, pedidos, carteros... Se puede decir, por lo tanto, que este "nacimiento" en el callejero no ha sido bien recibido por todos.

El Ayuntamiento de Zamora informaba ayer de la ampliación del callejero de la capital con un nuevo nombre. El conjunto de tres calles que conforman una nueva urbanización de viviendas situadas al inicio del Camino de la Lobata en su confluencia con el Paseo de las Vistillas, en el barrio de San José Obrero, pasará a denominarse "calle Alamedilla". Hasta el momento, los recibos que llegaban a estas viviendas lo hacían al "número 1B del Camino de la Lobata". Sin embargo, desde el Consistorio zamorano aseguran que aquello creaba confusión sobre el número de policía asignado y que así se facilitará la distinción e identificación de este grupo de viviendas.

La decisión de dotar a este vial de denominación propia, tal como "calle Alamedilla", no ha causado buenas sensaciones a todos los vecinos. No obstante, hay quienes creen que se puede organizar un "lío considerable" a partir de este momento. "Ya teníamos todo formalizado, no sin problemas, por ejemplo con los bancos. El cartero también sabía ya dónde quedaba esto, que entiendo que la denominación no es fácil. Y ahora cambian el nombre", explica un vecino del conjunto de viviendas visiblemente contrariado con el nuevo nombre de su calle.

El decreto por el cual la "calle Alamedilla" pasará a formar parte del callejero zamorano está ya firmado y será cuestión de poco tiempo que se instalen los carteles acreditativos en la zona. Sin embargo, algún que otro vecino ha aprovechado el nacimiento de su nueva calle para pedir un incremento de la luz artificial cuando el día llega a su ocaso. Afirman quienes allí viven que hacen falta más farolas, porque "llega un momento en el que te sumerges en la oscuridad más absoluta". Ese es, según este vecino, el "alumbramiento" que de verdad le hace falta a la nueva Alamedilla.