La exposición de Las Edades del Hombre será un revulsivo para el turismo de Toro y de la provincia, pero es preciso trabajar para que el día después no sea un salto en el vacío. Así lo cree el diputado provincial de Turismo y concejal del PP en el Ayuntamiento toresano, con el que la Diputación de Zamora "debe de ir de la mano" para lograr ese objetivo, impulsar Toro como destino turístico. Conserguir la ruta del Vino será esencial.

-Diputado por Toro, concejal de esa localidad, Las Edades del Hombre están ya en marcha, la colaboración de la Diputación con su Ayuntamiento será clave, ¿habrá buena sintonía?

-Sí. En el área de turismo, le ofrecimos al alcalde Toro integrarse en el Patronato de forma presencial, porque no es miembro nato, y cuando se trate sobre la promoción de Las Edades aquí estará para aportar lo que considere oportuno. Nos hemos reunido con la Fundación de las Edades porque es la encargada de marcar la hoja de ruta, tiene que decidir las fechas, las sedes, la temática, designar al comisario. A partir de ahí, la programación complementaria de Ayuntamiento y Diputación tiene que ir de la mano de ella. El sello de las Edades, en términos turísticos, da la posibilidad de desarrollar turísticamente un lugar.

-¿Habrá inversión de la Diputación Provincial para Toro?

-Nuestra aportación fundamental es la directa a la Fundación para el montaje de la exposición y lo siguiente es en promoción turística, sí que tenemos nuestras partidas. Vamos a Intur dentro de dos meses y Toro 2016 estará presente. Apostamos por Toro como ciudad patrimonial, no solo por su potencial arquitectónico y cultural, sino como ciudad muy importante en lo gastronómico.

-La Diputación sostiene que la declaración de reserva de la Biosfera para Zamora es un motor importantísimo para la economía, para combatir la despoblación, ¿qué tipo de actuaciones se están llevando ya a cabo?

-Hemos tardado tres años en lograr la marca de calidad para nuestros espacios naturales protegidos, el parque natural del Lago de Sanabria, el de Los Arribes y la reserva natural de la sierra de La Culebra, que aumenta y refuerza la que ya tenían. Estamos dando los pasos recomendados por la Unesco, que nos indicó que hay que ir despacio para no cometer errores. Ten en cuenta que la marca la recibimos el 9 de junio, nos hemos integrado en los comités en los que están las reservas de la biosfera, para escuchar, pedir opiniones y ver qué primeros pasos hay que dar, que ya se estamos dando. No podemos precipitarnos.

-¿Es pronto para hablar de futuros proyectos empresariales?

-Es pronto, todo lo que vaya bajo la marca Reserva de la Biosfera tiene que tener una calidad superior al resto y son los órganos que la gestionan los que tienen que decidir qué puede ir bajo esa marca.

-La institución tiene otro reto importante: lograr el reconocimiento de patrimonio cultural inmaterial de la Unesco para las mascaradas. Este fin de semana se celebra el VII Encuentro, ¿hay algún avance?

-Lo más importante es que vamos a iniciar un camino. Con la declaración se trata de proteger rituales, vestuario, costumbres, algo tradicional y pocas cosas hay tan tradicionales como las mascaradas del noroeste de la Península, que tienen no siglos, sino milenios de antigüedad. El proyecto debe ir acompañado de catalogaciones, de trabajo, de financiación que ahora vamos a buscar, a través de los fondos europeos, de cooperación transfronteriza. Lo primero que hizo Zasnet para la Biosfera fue dotarse de fondos para ese trabajo inicial, costó unos años, pero se ha conseguido.

-¿De qué presupuesto estamos hablando?

-Todavía no lo sé, no está evaluado al cien por cien. No te lo puedo decir.

-Lo que comenzó siendo un desfile de máscaras, intentado llenar las calles de tradición ha tomado entidad propia, ¿tiene aún vertientes por explotar?

-Siempre nos inventamos una actividad. El año pasado pensamos que debía tener una vertiente cultural, más allá de las muestras, e hicimos unas charlas y estudios sobre el origen de las mascaradas. Este año queríamos dar a conocer el oficio de la máscara, que se está recuperando, porque es artesanía en madera, metal, cuero. Eso pretende la muestra de artesanos de la máscara, en el claustro del Colegio Universitario. Es un oficio prácticamente desaparecido, en Zamora existe un artesano, que desarrolla el trabajo en sus horas libres, en Villanueva de Valrojo, y en Braganza hay seis o siete.

-¿Tienen previsto impulsar ese tipo de actividad?

-No es sencillo porque el mercado no es muy amplio, pero en Braganza han logrado que haya varios artesanos y para nosotros sería un reto. Siempre tratamos de dotar de alguna novedad al Festival de la Máscara, este año estamos pensando ya en una: nos hemos enterado de que existe una persona que hace títeres con mascaradas y nos hemos puesto en contacto con él para que haga alguna actividad para niños. Probablemente tengamos el año que viene al señor de los títeres.

-El mes de agosto ha salvado las estadística negativa en cuanto a visitas turísticas se refiere, ¿qué está fallando?

-Hemos pasado tres años de crisis brutal que ha tocado de lleno al sector turístico y de la que estamos empezando a salir poco a poco. El turismo de interior es de muchísima competencia y muy fuerte en calidad y cantidad. Estamos muy bien posicionados, pero evidentemente a Zamora viene, en un 85% de los casos, un turismo nacional y la crisis se ha notado. El 15% restante llega en su mayor parte de Portugal, que también ha sufrido la crisis. Esto explica esa bajada de visitantes y pernoctaciones. Creo que 2016 va a ser el año del turismo en Zamora, un trampolín que nos volverá a situar en la senda de incremento.

-¿Nos estamos preparando para que tras Las Edades no haya un vacío?, porque en 2001 fue un revulsivo, pero no la receta mágica para el turismo.

-No existen recetas mágicas. Tenemos que evitarlo, y reinventarnos en 2017, Toro deberá hacerlo con otras actividades. Ahí estará el Patronato para poner su granito de arena, pero las autoridades de la ciudad deben ir que 2017 debe tener un contenido adicional. También es cierto que, una vez que te conocen en los circuitos, se fideliza al visitante. Zamora es un destino turístico que tiene un alto grado de fidelización, la gente vuelve, habrá que seguir trabajando para tener más iniciativas.

-¿Hay líneas de actuación ya en ese sentido desde el Patronato?

-Tenemos claro que las líneas de actuación en cuanto al turismo de interior, de naturaleza, gastronómico, rural, de espacios naturales son potentes y no nos podemos olvidar de ellas, pero, sin duda, Toro tiene un filón con el turismo enogastronómico y es el que tiene que aprovechar. Durante Las Edades y una vez que pasen hay que conseguir esa ruta del vino de Toro, es donde entiendo que las autoridades de esa ciudad, que tienen que comandar esto, deberían ir encaminando sus esfuerzos.

-Muchos empresarios creen que el Patronato debería dirigir sus promociones hacia acciones más directas en los territorios de procedencia de los turistas que visitan la provincia, y no con tanto ahínco hacia grandes ferias, en las que los destino más potentes eclipsan Zamora.

-A veces, este tipo de opiniones, que tenemos muy en cuenta y aceptamos, no tienen en consideración el tipo de acciones que hacemos desde el Patronato porque estamos muy presenten en Madrid, en el País Vasco, en Portugal, en Galicia y en el resto de la región. Y no estar en Fitur o Intur es mucho peor que estar, se le saca mucho rendimiento. A lo mejor, es preciso hacer más hincapié en los días dedicados a los profesionales, les brindamos para que tengan contacto con los touroperadores. El Patronato vende destino, pero no habitaciones. Para esta campaña hemos invitado a las Azehos, CEOE, a denominaciones de origen y a consejos a trabajar con nosotros previamente y que nos digan qué quieren llevar.