El puente de la Constitución de 1812, que une Cádiz y Puerto Real y es uno de los más altos del mundo, fue inaugurado ayer por todo lo alto en presencia de diversas autoridades encabezadas por el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. Un puente, como indicó LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA hace apenas un día, con sabor zamorano, al haberse completado con éxito la prueba de carga de la infraestructura a manos de la empresa Inzamac. Pero este grupo no ha sido el único implicado en la construcción de este gigante de la ingeniería. Cunetaguas, una firma radicada en Coreses y que se dedica a todo tipo de elaboración de cunetas y bordillos de hormigón en obra pública, se encargó de redondear las vías de tránsito de este coloso, para lo que tuvieron que fabricar una máquina inédita que se adaptara a las necesidades peculiares de la obra.

Ricardo Álvarez, de la empresa Cunetaguas, explica cómo llegaron al proyecto que está llamado a cambiar la ingeniería, según reconocen los expertos. "Nosotros nos dedicamos a hacer cunetas de hormigón y bordillos en obras públicas. Trabajamos en carreteras, autovías y vías ferroviarias. En esta ocasión, nos llamaron para el puente de Cádiz y desde el primer momento supimos que era un trabajo muy especial", detalla.

Tan especial era el trabajo que debían desarrollar que desde Cunetaguas tuvieron que fabricar una máquina especial que se adaptara a la obra del puente de la Constitución de 1812, conocido popularmente como Puente de La Pepa. "Fabricamos la máquina especialmente para esta obra. Nos llevó un mes y medio, día y noche, tenerla lista. Y a continuación nos fuimos a Cádiz a hacer el trabajo de campo. Nos habíamos comprometido, habíamos firmado el contrato con ellos y debíamos hacerlo. Afortunadamente, la máquina funcionó de manera perfecta a la primera, por lo que estamos muy satisfechos con el resultado", concluye.