La violista Laura Delgado Casado ofrece mañana un recital en solitario en el salón de actos de la Biblioteca Pública a partir de las 20.00 horas.

-Laura, ¿cómo surge este concierto en la ciudad?

-Tenía muchas ganas de volver a tocar en Zamora. Desde hace cuatro años estoy estudiando en Madrid y me apetecía mucho volver a tocar porque desde que me fui no había vuelto a tener la oportunidad. La idea partió de mí. Me puse en contacto con la Biblioteca, dado que sabía que organizaban conciertos. Con su colaboración puedo llevar a cabo este concierto.

-Se enfrenta a dos obras de J. Sebastian Bach.

-He elegido dos piezas que son fundamentales en el repertorio de violín por su dificultad como por su importancia artística dentro de la historia de la música. Además, personalmente Bach es un compositor que me llega especialmente. He elegido dos piezas para violín, la sonata, violín nº 2, en la menor y la partita, violín, nº 2, en re menor. Es un concierto pensado para que venga todo el mundo, aunque cuento con que sea bastante íntimo.

-Por su experiencia, ¿es complicado que asista la gente a los recitales de música clásica?

-En Zamora sí, es bastante complicado. No sé si es por la falta de interés por parte de las instituciones o por la falta de interés del público. No sé cuál es el motivo, pero es una pena que los pocos artistas que salimos de Zamora no tenemos muchas oportunidades de tocar en nuestra tierra y nos gustaría hacerlo con una mayor frecuencia.

-Dice que no hay oportunidades y sin embargo en Zamora han nacido muchos músicos que ahora están formándose o trabajando en Europa o América.

-En Zamora se han formado muchos músicos. La ciudad tiene una programación artística y cultural, pero no se nos reclama.

-Usted se está preparando en la Escuela Superior de Música Reina Sofía, uno de los centros musicales de referencia.

-Está siendo una experiencia muy buena. Voy a empezar mi quinto y posiblemente último año. De lejos es el mejor centro para estudiar música clásica de España y nos dan la oportunidad a mucha gente de acceder a profesores que de otra manera no podríamos conocer viviendo en España.

-Y luego, ¿qué?

-Tendré que continuar mi formación. Tendré que ir a algún conservatorio porque tengo que conseguir la titulación oficial, que lamentablemente todavía necesitamos los músicos para trabajar.

-¿En el ámbito musical existe "titulitis"?

-Sí. En el mundo de la música resulta muy ridículo porque tienes que hacer una oposición para ser profesor o bien para acceder a una orquesta cuando lo que tienes que hacer es tocar para demostrar que puedes desempeñar esa función.

-Por su experiencia, ¿qué reporta la música a la persona?

-Es una disciplina que enseña muchos valores a los jóvenes. Para mí ha supuesto aprender a comunicarse con los demás, tolerancia y respeto. También si tú decides tocar te esfuerzas y logras una disciplina para superarte. Lamentablemente la música y la filosofía son materias que van a desaparecer del plan educativo, lo que supone hacer necio al pueblo. Para mí se trata de una deshumanización consciente de la población. Nos están arrebatando el único instrumento que tenemos para intentar defendernos de los poderes externos, nuestro pensamiento.

-¿Cuántas horas estudia a lo cabo del día?

-Depende del día, pero una media de cinco horas. Los músicos estudiamos tanto como la gente que cursa una carrera universitaria y todavía tenemos que aguantar la pregunta de "Eres músico y ¿qué más?", aunque luego tenemos recompensas como el poder dedicarnos a algo que es nuestra pasión.

-Su vida es la música, ¿en qué momento lo supo?

-Era algo lógico. Mi padre es violinista amateur y él me inculcó el amor por la música. Siempre escuché música en casa y el dedicarme a este arte, fue algo que surgió de manera natural.

-Usted también forma parte de un ensemble. Háblenos de esta otra faceta que desarrolla.

-Es un ensemble que se llama Praeteritum y que está intentando conseguir conciertos. Buscamos ofrecer proyectos interesantes y de calidad al público para poder seguir tocando juntos. Somos una formación variable en función de lo que toquemos. Habitualmente somos tres violines, una viola, un violonchelo así como un contrabajo y un instrumento continuo de cuerda pulsada. Yo llegué al ensemble a través de una amiga de la escuela. Este tipo de formación no es un cuarteto, que es una agrupación camerística muy concreta ni es una orquesta, es un término intermedio que nos permite compaginar otras ocupaciones y nos permite ser bastante versátiles.

-¿Intentará venir con esta formación a Zamora.

-Intentaremos. Debo de ser realista porque es muy difícil, pero voy a contactar con el nuevo gobierno municipal para ver si están receptivos a nuestras propuestas. Me encantaría tocar a nivel individual o en el ensemble. Ahora vuelvo a mis clases, pero tocaré cuando pueda con el ensemble y participaré en los conciertos que surjan o bien en algún concurso. Siempre hay que tener un objetivo.