«Seguridad en ti mismo», «confianza» o «esfuerzo» son algunas de los valores que cinco de los alumnos de la Universidad a Distancia (UNED) en Zamora aseguran que les ha aportado su formación en este centro. O bien porque en su momento no pudieron estudiar o porque han dedicado su vida a formarse, el caso de estos cinco estudiantes refuerza la idea de que siempre hay una segunda oportunidad. «Cuando me tocaba estudiar no lo hice, por vago más que nada y ha sido una espinita que siempre he tenido clavado», se sincera José Martín. Este empresario de la construcción de 53 años se acerco a la UNED después de que la crisis inmobiliaria le dejara en el paro. Decidió probar con el curso de acceso a la universidad para mayores de 45 años «y este año probablemente empiece derecho», confiesa orgulloso este zamorano que añade que «cuando te pones a estudiar te das cuenta de que la vida es otra cosa».

Mariana Cruz, de 37 años, recaló en la UNED después de formar una familia y «decidió volver a estudiar cuando mis hijas fueron mayorcitas y de esta manera tener mas tiempo para ello». Mariana es ama de casa y reconoce, que a pesar de que siempre le había gustado la antropología, se inclinó por psicología «pensando en trabajar en un futuro de ello». Reconoce que no es fácil compatibilizar la vida familiar con el estudio pero sin duda «es muy satisfactorio y te pica». Cruz asegura que en la UNED siempre se ha encontrado con «mucho compañerismo ya que todo el mundo te ayuda». La alumna hace una fuerte defensa de la educación y anima a todos aquellos jóvenes que estén pensando en dejar su formación a que lo intenten «que siempre es difícil si no tienes recursos pero siempre se sale».

A sus 62 años, Freddy Vacas ya ha escrito y editado cuatro libros. Esta zamorana llena de inquietudes recaló en el curso de acceso para mayores de 45 años apoyada por su familia. «No tuve la oportunidad de estudiar porque empecé a trabajar con 14 años», asegura. Freddy. Actualmente cursa Lengua y Literatura y afirma que ahora «me dedico a cultivar esta faceta que nunca he podido». Sus estudios le permiten seguir escribiendo, que es su auténtica pasión y es que «todos tenemos ilusión en la vida pero a estas edades es muy importante que estas ilusiones se vayan cumpliendo».

En su intercambio de opiniones, los cinco alumnos de la UNED en Zamora hacen hincapié en la importancia de estudiar para el futuro pero como reconoce el empresario José Martín cuando eres joven aflora la rebeldía aunque a la larga «se paga cara». En esto también coincide la alumna Fredy Vacas y es que «les diría a los jóvenes que con el estudio se abren muchas puertas y que con la ignorancia no se va a ninguna parte».

La UNED no solo acoge a todos aquellos que buscan una segunda oportunidad para retomar sus estudios, sino que muchos de ellos deciden seguir formándose a lo largo de toda su vida. Un caso paradigmático es el de José Ángel Tejedor. Este funcionario zamorano de 45 años lleva desde el año 95 en el centro «y no ha habido ningún año del que no haya estado matriculado de alguna cosa». Tímido, no quiere colgarse medallas de todas las titulaciones que tiene a sus espaldas pero reconoce «que he aprovechado mucho el tiempo» y que está a punto de acabar Sociología después de haber terminó Ciencias Políticas y Psicología. «Trabajo como funcionario y soy un privilegiado ya que puedo dedicar las tardes a estudiar», afirma Tejedor.

Si encomiable es el caso de todos los alumnos de la UNED, el de María Victoria Carrascal es cuanto menos excepcional. Esta maestra zamorana tiene 84 años y empezó el pasado curso en el centro a distancia para estudiar Psicología después de haber acabado otra titulación de forma presencial en la Universidad de Salamanca. «He estudiado durante toda mi vida y es que no se hacer otra cosa», reconoce la mujer que asegura que se ha sentido muy arropada en el centro por todo el mundo y «también aportó ayuda en lo que puedo porque la experiencia es un grado». María Victoria Carrascal, que ha dedicado toda su vida profesional a la docencia, se siente apesadumbrada de que los jóvenes no quieran estudiar ya que «lo más bonito de la vida es saber y es algo que no te puede quitar nadie» .