Cuando su expareja estaba ingresada en el hospital, la amenazó de muerte, asegurándole que cuando abandonara el centro sanitario iría a por ella. Una actitud agresiva de la que el maltratador dejó constancia en los mensajes de texto que le envió a través del móvil, con símbolos como un ataúd y una cruz. El zamorano admitió los hechos en la vista oral celebrada en el Juzgado de lo Penal y la magistrada le ha condenado a seis meses de prisión, un año de alejamiento de su exesposa y otro año de prohibición de uso y tenencia de armas.