Un ordenador portátil y 10 euros. Costará más el collar que el galgo. Los ladrones de la parroquia de San Torcuato causaron más daños materiales para asaltar el templo que los beneficios que pudieron obtener tras perpetrar uno más de los robos que la iglesia ha sufrido en los últimos tiempos. Y es que será preciso reparar la puerta de la sacristía, cuya cerradura forzaron con dos candelabros que cogieron del altar de la iglesia, según la información recabada por este diario.

Se sospecha que el robo fue realizado por una persona, que habría entrado el templo en la creencia de que podría hallar más dinero en metálico, si bien no puede asegurarse que no tuviera ningún cómplice. En cualquier caso, el delincuente, que se desconoce cómo accedió al interior del inmueble, puesto que no causó más daños que los lógicos de forzar la puerta de la sacristía, fue directamente a este habitáculo para robar, posiblemente porque al ser domingo confiaba en encontrar un botín importante. Allí localizó el cajón en el que se guardaba el ordenador portátil que se llevó, pero una cantidad muy inferior a la esperada, según indican fuentes consultadas. Solo había una pequeña cantidad que se calcula no superaba los 10 euros.

La Policía Nacional, ante la que se cursará una denuncia en las próximas horas, tendrá que recoger pruebas e iniciar una investigación para tratar de localizar al responsable de este suceso. No ha trascendido si el ladrón o los ladrones dejaron alguna huella o pista que pueda servir de base a los agentes para iniciar las pesquisas.

El párroco de San Torcuato no quiso realizar ayer ningún tipo de declaración sobre el suceso, ni ofrecer ningún detalle sobre los objetos y el dinero que se llevaron los asaltantes. El disgusto era evidente porque el céntrico templo ha sufrido más de un robo dentro del templo.