Estaban perfectamente organizados y sabían cómo embaucar y despistar a sus víctimas para quedarse con sus joyas en plena calle. Agentes de la Policía Nacional han detenido a un hombre, de nacionalidad rumana, como presunto autor de al menos nueve hurtos cometidos en la capital a personas mayores. Una lista que se completa con acciones similares en León, Valladolid, Málaga y Oviedo.

La Policía Nacional denomina este método de actuación como "de agradecimiento" pues los ladrones, tras pedir un favor, agasajan a sus víctimas con supuestas joyas de oro, mientras que lo que realmente hacen es arrebatar, sin ningún método violento en la mayoría de los casos, las cadenas, pulseras o relojes de valor que tienen estas personas. Para ello intervienen dos o tres personas, e incluso algún menor, para dar mayor verosimilitud al engaño.

Uno de los últimos hurtos perpetrados en la capital por este método tuvo lugar el pasado miércoles en la calle Salud, en el barrio de San José Obrero. La víctima paseaba por la acera pasadas las cinco de la tarde cuando una pareja en un vehículo se paró junto a él. La mujer, que estaba sentada sola en el asiento trasero, le pidió entre lágrimas que le explicara cómo llegar al hospital, ya que su madre acababa de fallecer.

Después de que el vecino le diera las indicaciones oportunas, ella le quiso agradecer su amabilidad dándole en mano una supuesta cadena de oro que la víctima rechazó, aunque ella insistió, al tiempo que le intentaba poner otra en el cuello, mientras que el conductor le daba la mano en señal de gratitud.

Fue en ese momento cuando el hombre se dio cuenta de que lo que realmente estaba haciendo la mujer era quitarle el cordón de oro que él llevaba, valorado en más de dos mil euros. Pero antes de que pudiera reaccionar, el coche arrancó y se llevó el botín.

La víctima acudió inmediatamente a dar parte a la policía y formalizar la denuncia, dándole los escasos datos que había podido retener, ya que la acción apenas duró tres minutos. Se trataba de una pareja de extranjeros, ella no más de 35 años, que iba en un coche marca Ford, modelo Mondeo, de color azul oscuro. En la comisaría entregó también las baratijas que le habían regalado: dos cordones dorados y dos colgantes con forma de Cristo.

Desde la Policía Nacional se aconseja a la ciudadanía prestar "especial atención" a sus pertenencias de valor, "que desconfíen de todas aquellas personas que desconozcan y que nunca acepten regalos, ya que es posible que le den bisutería barata mientras le sustraen sus joyas de oro".

El detenido, con numerosos antecedentes, ya que consta en su expediente 25 detenciones por diferentes hechos delictivos, fue puesto a disposición judicial, mientras que las investigaciones continúan para identificar a sus cómplices.