La exigencia del Juzgado de Violencia de Género de una sala o habitáculo en el que las mujeres puedan esperar a ser interrogadas por el juez y el fiscal sin tener que ver a los hombres que acaban de denunciar por maltrato ha sido elevada ya al Tribunal Superior de Justicia por la Audiencia Provincial.

Junto a la reivindicación, el propio juez de Violencia de Género expone una posible solución: acondicionar la pequeña sala que existe junto a su despacho o de un espacio próximo a este Juzgado. En el documento se denuncia que "no existe espacio alguno habilitado" en las dependencias de ese órgano "para evitar la comunicación con el presunto maltratador". Cada año, el Juzgado cursa entorno a las 400 denuncias de mujeres contra sus parejas por violencia machista, tanto psicológica como física.

El informe destaca la necesidad de que se dote a este órgano judicial de espacio "que sirva para que la posible víctima y familiares" puedan esperar hasta que son atendidos para testificar. El presidente, Jesús Pérez Serna, se remite en la memoria anual de la Audiencia a la petición del juez de Violencia de Género que reúne en un escrito las necesidades existentes en estas dependencias judiciales.

La reivindicación, junto a las del resto de magistrados de la provincia, se recoge en un amplio documento, que reúne las deficiencias en medios materiales y humanos de cada uno de los órganos judiciales de la provincia, expuestos en informes por sus titulares.

El Tribunal Superior de Justicia recibe todas esas exigencias a las que debe dar respuesta el Ministerio de Justicia en última instancia. La crisis económica ha impedido en los últimos años cubrir todas las carencias de los juzgados, que se han visto privados incluso de jueces sustitutos recientemente por falta de presupuesto.